MUESTRAS PATENTES DE LA DECADENCIA
Con tristeza presenciamos como, en lugar de que al final del túnel salga un rayo de luz que nos indique que nuestro país tiene salvación, la oscuridad nos consume indicándonos que el mexicano está perdido sin contar con la brújula que le permita recuperar el camino. Lo que pasa con la luz y fuerza del centro es otro síntoma más de la pudrición nacional; que obviamente los partidos que les conviene acabar con lo poco que nos queda tomarán como pretexto para hacer zafarranchos y provocar inestabilidad que es la manera que tienen para acceder al poder o por lo menos permanecer en el candelero.
Pero esto es parte de nuestras enfermedades macro que carcomen nuestras esperanzas de contar con un futuro mejor. Las enfermedades micro apenas si se perciben. Son sucesos que contamos como anécdotas pero que sin embargo también se convierten en indicadores de lo cuan profundo es nuestra decadencia.
Me lo contaron, que aquí, en la colonia donde vivo, Torreón Jardín, una colonia clase media alta, en una reunión política, algunas personas se levantaron con mal pretensión de que el partido que organizaba aquello les hiciera donaciones como se las hacía a las colonias de bajos recursos económicos ya que también ellos tenían necesidades.
¿Piensan que estas son cosas de poca importancia? Yo por el contrario, pienso que hemos convertido a nuestra clase media en una clase de pordioseros, y nada más propicio como para servir como caldo de cultivo para hacer posible a los sistemas totalitarios donde un energúmenos padre bueno se alce con el poder y les dé dadivosamente a sus gobernados, hijos imposibilitados para sobrevivir, las sobrinas de su mesa, a cambio de su libertad, o por o menos de su dignidad, que es lo que demuestran no tener; cuanto y más, mucho menos tienen opciones que puedan ofrecer a un país que ahorita de lo que necesita es de creatividad para ofrecer las fuentes de trabajo tan necesarias para crecer.
¿En qué se convierten las campañas políticas? Acabo de pasar por una universitaria, donde se pensaba que por medio de las carnes asadas podía acceder a una dirección de una escuela. Cuando ni la academia se salva es que estamos poniendo en `práctica las lecciones de Maquiavelo para acabarnos de hundir, o las lecciones del imperio romano que para mantener contento al vulgo repartía en trigo en el circo; pero por lo menos aquellos caían de al grandeza; nosotros no hemos llegado a ella y ya hasta estamos calmando que lo único que queremos es el trigo para comer como los animales sin que tenga sentido alguno el "jamón" que podamos producir porque eso sería volver al canibalismo de nuestros ancestros y no creo que a nadie le llame la idea de convertirse en animales de engorda para nutrir a un pueblo abiertamente corrupto y ya abiertamente con la dignidad perdida.
Hoy por hoy clamamos que no nos suban los impuestos porque ya estamos cansados de mantener a una clase que se ha abrogado privilegios y que en cambio no ha sido capaz de resolver nuestros problemas. Las pocas empresas que nos quedan no pueden sobrevivir si se les obliga a cobrar más caros sus productos. No creo que sea la mejor forma de la distribución de la riqueza. Insisto lo único que distribuyen es la pobreza.
Estas son las formas de apropiarse de fondos para comprar el supuesto trigo que repartirán en los supuestos espectáculos del circo romano a un pueblo que en lugar de producir se dedica a ser un zángano, un peso muerto que no sirve para nada arrastrar. En estos tiempos de elección no se puede hablar de a ver que me das para que obtengas mi voto, se tiene que hablar de la exigencia de crear fuentes de trabajo, y para hacerlo no se puede ahogar a las empresas con más impuestos para mantener a una sarta de partidos improductivos, impropositivos, que se nutren de este tipo de gente que lo único que pretenden es que los pongan donde hay para poder mamar a sus anchas sin sentir la responsabilidad social de aportar su esfuerzo con el fin de solucionar el problema de todos.
Estoy en contra de quienes acostumbra a los jóvenes a pedir. Hay que mostrarles que ellos mismos se pueden conseguir lo que necesitan. Desde las escuelas luego, luego el pretexto es decir mi papá no tiene para comprarme un libro de texto (y te presumen el celular). Que hacen estos chicos con su tiempo libre. Dar lástima, porque nadie les ha enseñado que en este mundo se necesita ser fuerte, (y me refiero a los hombres y mujeres) propositivos, trabajadores; en lugar de pedir hay que dar; y en lugar de ello resulta que estamos construyendo una sociedad de pordioseros.
Para cuando aparezca este artículo ya tendremos presidente electo. Nada más quiero decirle que esta no es región de mendigos (el acento está en la I) Dicen que vencimos al desierto. No carcomas a nuestra sociedad con dádivas. Ayúdanos a crear la cultura del trabajo, única que nos sacará a delante.
Hay que recordar que era San Pablo quien decía: Quien no trabaja que no coma.
