UNA REALIDAD APARA REFLEXIONAR
Saliendo de Torreón Jardín había una mueblería que como muchos otros negocios ya está cerrando sus puertas. Una muestra más de que tenemos un problema que somos incapaces de resolver. Esto se viene a agregar a todos los demás hechos que han estado sucediendo y que nos grita a todo pulmón el que nosotros ya no somos dueños ni de nuestro destino.
La confianza hace muchos se nos perdió. Nos suben los impuestos porque de alguna manera se necesitan entradas para seguir manteniendo esta maquinaria que se mueve pero que nadie sabe hacia donde se mueve. Se intentan atacar a sindicatos que lejos de cumplir con su misión se han convertido en un lastre, o por lo menos las empresas de las cuales dependen son un lastre que nos cuesta o se pagan de los mismos impuestos que se tienen que subir para pagar la ineficiencia. Por otro lado, se adula a los secretarios sindicales cuando este tipo de organizaciones son producto de la voluntad de las personas que lo componen y no graciosa dádiva de un hombre que en forma paternal hace creer que exige la justicia, y la consigue para el obrero o el trabajador que sólo se limita a recibirla.
La mala salud de la economía hace que se cierren las fuentes de trabajo. ¿Dónde dicen que están las fuentes de trabajo que se iban a generar con los tratados de libre comercio? Lo único que esta apertura global nos ha traído es la competencias de la mano de obra y ha ganado la más barata o la que se ha ofrecido en forma más inteligente. Este problema jamás lo van a solucionar repartiendo limosna. Ningún problema social lo van a solucionar repartiendo limosna.
No sé donde puedan estar las soluciones. Con respecto a esto se debería de estar deliberando a todos los niveles en los posibles caminos a seguir y no en las viejas fórmulas caducas que no se hacen más que dar vueltas sobre lo mismo sin ver que su aplicación en ninguna parte haya resuelto ningún problema. ¿O lo ha resuelto en algún lugar? ¿Cuál es el país privilegiado en el que no existan los conflictos que sirvan como paradigma para los demás?
México no lo es. En realidad de sentir transitar por algún camino que nos lleve para alguna parte, sentimos caer en el abismo desconociendo a donde vayamos a parar. La modernidad no puede traducirse en esta desesperación de no tener futuro; de ver como nuestras grandes instituciones se desmoronan o sólo son un elemento más que se usa para estafar nuestras ilusiones.
El sistema educativo podría ser una de estas instituciones. Si es el sistema que produce el conocimiento y supuestamente se dedica a la investigación de los problemas con el fin de solucionarlos, ¿dónde están las soluciones, donde están las discusiones que debieran de ser públicas, donde están laos resultados de dichas investigaciones que a la nación le cuestan. Donde está el verdadero valor de un título, el profesionista que tiene la capacidad necesaria para resolver problemas o la inquietud o la vocación de replantearse los marcos teóricos de donde surjan las posibles hipótesis que resuelvan nuestros problemas?
Sería ilusorio pensar que en alguna parte. Las universidades están llenas de estudiantes porque está llenas de ilusos que buscan un título y no un conocimiento. Porque piensan que con el título van a conseguir una mejor posición sin tener el capital de conocimientos necesarios para ello. ( sin darse cuenta que en esta competencia de mano de obra más barata ellos son uno de tantos de quienes se han servido para devaluar los títulos , y por lo tanto las profesiones.)
El problema educativo no se resuelve exigiendo mayor nivel de estudios para los maestros. Cuando las vocaciones se han perdido, se perdieron también los compromisos. Y si el estudiante ni siquiera cumple con el compromiso de serlo, y eso es muy fácil de comprobar con las bibliotecas que logra tener un muchacho de su profesión, o las libretas de apuntes que logra llenar de sus clases, o del interés que demuestra con los tópicos apropiados a sus especialidades. Cada vez encontramos menos estudiantes comprometidos. Cada vez más jóvenes que la vida estudiantil la convierten en su fiesta hedonista particular, al cabo que si fracasan en su vida profesional, ya tienen la disculpa, no hay trabajo.
A donde nos lleva este camino que hemos tomado al caos. Y el caos es volver al principio, donde todo es confusión, donde nada tiene orden. El estado salvaje que no tendrá organización posible y donde los frutos de la civilización perecerán.
Y si no es el caos, a las sociedades absolutistas donde un poder fuerte se impondrá y una mano dura nos obligará a entrar a un orden. Alguna dictadura que puede venir de donde sea que n os haga entender que al democracia fue un experimento que no trajo buenas conclusiones. Algo similar a lo que pasó en el imperio Romano después de Julio Cesar., en la edad media con la Iglesia. Algo similar a lo que pasó en la Francia de Napoleón, en la España de Franco , en la Cuba de Castro. ¿Tendrá alguna otra salida el hombre, por al izquierda o por la Derecha, por la de en medio, por al de arriaba , por la de abajo?
¿A la distancia no se ve nada que augure otro camino. ¿Cuanto tiempo más se puede seguir viviendo en estas condiciones sin que explote?
