Primer regalo: Pensaba usted que festejábamos el centenario de la Revolución mexicana; pues ya ve que no, puesto que aquellos que dicen festejarla, ahora la traicionan. Tenía yo la idea de que nuestra Revolución dio inicio con un librito (si se piensa que los Flores Magón son harina de otro costal) escrito por Francisco I. Madero llamado la sucesión presidencial y que el grito de guerra era :"Sufragio efectivo, no reelección". Ahora vuelven a insistir en la reelección de diputados y presidentes municipales (así se comienza , aunque digan que no ) aunque estos lo pueden hacer pero no en ejercicios continuos. ¿Qué tanto insistir con esto? ¿Ustedes piensan que a mi se me antoja reelegir cualquiera de estos que a medida que pasa el tiempo nos hacen más difícil la vida y nos cobran más cara? De ninguna manera. Acceder a la reelección es dar pie a formar una casta de hombres que se van a pensar superiores al pueblo, que sui así no ven, mucho menos van a ver cuando tengan segura la lana y la chamba y cuando sus intereses, entonces si estén en contra de los que representan.
Entonces para que tanto festejo del centenario de la revolución. ¿Cuál revolución? Ya vemos que no es la de Madero. Mucho menos creo que sea la de Zapata , pues de los que han de estas peores son las gentes del campo. Será la de Villa; Vaya usted a saber. Ahorrémonos el gasto. ¡Sufragio efectivo no reelección! Mantener la encomienda es la manera mejor de festejarlo. Ahora va a resultar que fueron de balde los diez años de cual que arrojó más de un millón de mexicanos muertos en el campo de batalla.
Segundo regalo: El inútil sacrificio que los comerciantes del centro tuvieron que hacer en la remodelación del centro y el reacomodo del ambulantaje. Acaban de echar todo a perder. Volvieron a permitir a los ambulantes que se apropiaran de nuevo de las calles y a como somos no saldrán de ahí. Año de Hidalgo, año de cuerno de la abundancia; esta es la caterva de políticos que quieren perpetuarse en los puestos públicos. No les alcanza para el chivo; a uno, con lo que gana, le tiene que alcanzar y pagar más impuestos; y tenemos que pagar más impuestos porque la ineptitud de los políticos son incapaces de abaratarnos la vida, por el contrario nos la encarecen. Así se comenzó antaño con el problema, nomas por la navidad, hasta el doce, hasta el 24, hasta el seis, hasta siempre. El negocio, pos de unos pocos, del que vende las plazas, del que maneja a los comerciantes, de la bodega que los surte. Ni siquiera para las arcas del municipio. (Ya nomás falta que pidan el comercio establecido que cierre sus puertas para que no hagan competencia a los ambulantes). ¿Sigue existiendo el comercio establecido?, o mejor aún; ¿seguirá existiendo el comercio establecido?
Tercer regalo: Para rematar la burla tenemos el fabuloso caso de "Juanito" y los azarosos días que le esperan a Ixtapalapa. ¿Sabe usted dónde quedó la democracia? En este desconocimiento de un juego que los propios políticos fraguaron y ahora como que no les gustó el resultado y no saben donde esconderse. (Por lo menos el que ya se escondió y el que menos da la cara es el más culpable del problema: López Obrador que hace ver la millonada que está en juego). Si cualquier ciudadano puede ser elegido para un puesto público, cual es el problema , así lo quiso el barrio. Pues luego. El señor tiene las mismas aspiraciones y los mismos deseos que todos los demás políticos que ocupan un puesto: poder, dinero y prestigio. Y luego, una persona de estas tan influida que puede ser, ya andarán muchos calentándole la cabeza a ver si de este modo se les hace eso de: ¡Que a mi me pongan donde hay! A lo mejor tiene intención de ser honrado, ¿tendrán las mismas intenciones los que lo rodean? Y por el otro lado, a poco porque viene del barrio tiene que ser inepto, o ratero. ¿Cuántos de los de arriba han resultado ineptos y cuantos más rateros? ¿Entonces? ¿Dónde queda la democracia o que es la democracia? ¿Cuándo me conviene?
¿Pues que no fue la izquierda quien lo llevó al poder? ¿Ahora es la izquierda quien lo quiere derrocar? Pobre Juanito.
El país ya se nos fue de las manos. Estamos en riesgo de caer en una dictadura de izquierda, o en una guerra de guerrillas, si es que antes el narcotráfico no acaba con nosotros. La corrupción es cosa de todos los días, los jóvenes han aprendido bien la lección de la calle y ni siquiera buscan una formación que los ayude a afrontar los problemas futuros; como decía un personaje de los de abajo: somos piedras que ruedan por las laderas de los cerros".
Y ya ven ustedes: el humilde regalo que esta semana nos ha caído es la noticia del premio Cervantes a un escritor como José Emilio Pacheco. Este si es un fabuloso regalo que dan de nuevo a nuestra nación reconociendo su quehacer literario. (Si también regionalmente tuvimos premio literario de Jaime Muñoz, a mediados de año) Y la literatura no es algo que le cueste mucho al erario. Así ninguneada, así malentendida, así sin grandes estadios, sin demagogia; esto es lo que se llama trabajar por México, lo que aún sostiene el orgullo nacional.
Si no fuera por eso, ¿Qué haríamos? Pues ya se ve: en este próximo año van a existir dos bandos: los que quieren festejar el centenario de la Revolución y los que quieren acabar con ella. Usted ¿de qué bando está?
