Mensaje. José Rosas Aispuro pide a los duranguenses construir el estado con el que todos soñamos, con una nueva visión para las futuras generaciones.
Durango
Estas fechas, donde se fortalece el espíritu de solidaridad y amor a nuestros semejantes, son propicias para tener un nuevo aliento de esperanza y estímulos, corrigiendo nuestros errores y enmendando conductas, buscando la convivencia pacífica de los duranguenses y establecer sólidos vínculos entre nosotros, superando diferencias y resentimientos.
Vivir en tiempos difíciles es un privilegio, pues nos lleva a poner lo mejor de nosotros mismos, que es nuestro espíritu de solidaridad, y ante los actuales momentos espinosos debemos adaptarnos a nuevas exigencias que las épocas actuales nos demandan.
ASPIRAR A UNA NUEVA SOCIEDAD
En este año que se aproxima debemos aspirar a una nueva sociedad, en la que los duranguenses sintamos que a ella nos debemos, porque ella nos da lo que tiene, no sólo en valores materiales, sino en valores espirituales. Una sociedad que quiere que cada individuo haga a los otros el mayor bien posible.
Tenemos muchas tareas comunes que nos unen y pocas divergencias que nos dividen. Debemos trabajar en pro de lo mucho que nos une y subordinar a ello lo poco que nos divide.
Es un desafío al cual nos enfrentaremos en este año venidero y del cual, si perseveramos en la línea del Durango de nuestra historia y respondemos a lo mejor de nuestros ideales, saldremos victoriosos.
CONSTRUIR EL DURANGO QUE QUEREMOS
Los duranguenses estamos obligados, con la conciencia de nuestra conciencia, a construir el Durango con el que soñamos, todavía inédito.
Nada puede arredrarnos si creemos en nosotros mismos y confiamos en la sociedad a la que pertenecemos. Con una nueva visión de la entidad que queremos para las nuevas generaciones hagamos del 2010 un año de oportunidades y éxitos para todas las familias que integran nuestra sociedad.