Historia. La trama está basada en la entrevista que vieron millones de personas en el verano de 1977. El filme entró de última hora a las categorías principales de los premios de la Academia.
Entró a última hora en las categorías principales del Oscar, pero Frost/Nixon, de Ron Howard, podría dar la sorpresa por su impecable e implacable recreación del encuentro televisivo entre un periodista desprestigiado, David Frost, y un ex presidente destronado, Richard Nixon.
Mucho más que Historia extrae Howard, que parecía ajeno a la mesura y a la matización, de aquella entrevista que vieron 45 millones de personas en el verano de 1977 y que suponía el reencuentro de Nixon con la opinión pública tras su dimisión a causa del escándalo Watergate.
Frank Langella como Nixon, Michael Sheen como Frost. Dos grandes actores -el primero con un pie en el Oscar- y dos apasionantes personajes que hacen de su sinergia una experiencia cinematográfica de primera categoría.
Ellos son rivales con demasiados puntos en común: una carrera por reconducir, ambiciones desmedidas e inteligencias afiladas. Empatía en sus debilidades, pero ningún escrúpulo a la hora de hurgárselas al contrincante. Una reflexión sobre dos extremos de difícil digestión: el éxito y el fracaso.
Peter Morgan escribió para las tablas esta historia que también ha llevado al cine y, tras The Queen y The Last King of Scotland -ambas de 2006- se consolida como un experto en los efectos del poder sobre el hombre -el que lo posee y el que lo juzga- y en la no tan atípica cotidianeidad del megalómano.
Así, Howard, que ya ganó un Oscar muy discutible por A Beautiful Mind (2001), se hace ahora meritorio de tal honor al ejercer de árbitro dinámico, sagaz y limpio en este combate de egos en el que la admiración mutua convive con el salvaje instinto de supervivencia.
Como el propio Frost, el cineasta no parecía el más indicado para llevar a cabo tamaña empresa, pero se crece ante su oponente y sale airoso, como lo hiciera el presentador de televisión británico.
QUEDA SATISFECHO CON LOS RESULTADOS
Ron Howard confiesa que uno de los alicientes que lo llevaron a dirigir Frost/Nixon. La Entrevista del Escándalo fue, además del guión original de Perter Morgan, el hecho de trabajar con el primer actor británico Frank Langella.
"Me parece un actor increíble, lamentablemente poco reconocido por la industria cinematográfica, que ha trabajado con Adrian Lyne, Ridley Scott y Roman Polanski. Me resultó fascinante enfrentarme a dirigirlo en cine", narra Howard, en entrevista.
Howard se dice satisfecho con el resultado, y al parecer la crítica también lo está: Frost/Nixon... acumuló cinco nominaciones en la próxima edición del Oscar en las categorías Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor Protagonista (Frank Langella), Mejor guión adaptado y Mejor Montaje.
Howard hace una recapitulación de su trabajo en la cinta, cuyo reto era llevar a otro plano un trabajo teatral muy aclamado, y para ello necesitaba darle un giro completo a los personajes de Richard Nixon y David Frost, a los que Langella y Miachel Sheen dieron vida en teatro.
"Lo primero que teníamos que hacer era sacar a Nixon de una sala de teatro para llevarlo a vida en las calles, así que nos enfocamos mucho en la recreación de ese periodo de tiempo, porque éste tenía que ser lo más auténtico posible. No quería reducir las emociones reales y el verdadero drama de la audiencia, y que ésta se distrajera en las vestimentas y peinados setenteros. La atención estaba en Frost y Nixon, y cómo se prepararon ambos para esa serie de entrevistas históricas".
Al igual que la obra de Morgan, Ron Howard quiso resaltar el lado humano de Nixon, con el firme objetivo de ser imparciales.
"Ambos personajes se prepararon como si tuvieran un encuentro de box. Sus colaboradores estaban concentrados en los puntos débiles de cada uno y las estrategias que debían seguir".
Político fascinante
Durante tres años, el británico Frank Langella dio vida en teatro a Richard Nixon.
⇒ El tiempo y la dedicación de Langella le valió una nominación al Oscar como Mejor Actor.
⇒ La cinta aborda las históricas entrevistas realizadas por el periodista inglés David Frost al ex presidente de EU, mismas que reflejan un momento crítico en la historia de EU.
⇒ El escándalo Watergate había obligado a Nixon a dimitir en 1974. Durante tres años, el ex presidente seguía alejado de los medios de comunicación hasta que David Frost se le presentó con una atractiva propuesta: una serie de entrevistas exclusivas, previo pago de 600 mil dólares.