La Vía Láctea es 15 por ciento más grande y 50 por ciento más densa que Andrómeda. (Archivo)
Revelan estudios que es casi tan grande, densa y rápida como la galaxia cercana Andrómeda.
Durante décadas, los astrónomos consideraron que nuestra galaxia, la Vía Láctea, era apenas una especie de hermana menor de la cercana Andrómeda, pero esa percepción ha cambiado ahora que se ha demostrado que es más grande, densa y rápida de lo pensado: una gemela de su vecina.
Los científicos elaboraron un mapa más detallado de la Vía Láctea, de forma tridimensional, y encontraron que es 15 por ciento más grande y 50 por ciento más densa que Andrómeda. Los nuevos descubrimientos fueron presentados ayer en Long Beach, California, durante la convención de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos.
La diferencia significa mucho, dijo el autor Mark Reid, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, en Cambridge, Masachusets.
“Anteriormente pensábamos que Andrómeda era dominante y que éramos la hermana menor de Andrómeda, pero ahora parece que más bien somos gemelos fraternos”, dijo Reid.
Eso no es necesariamente una buena noticia, ya que un tamaño más grande de la Vía Láctea significa que podríamos chocar violentamente con Andrómeda antes de lo esperado, aunque eso será todavía dentro de miles de millones de años.
Reid y sus colegas usaron un sistema de diez radiotelescopios para medir las estrellas recién nacidas más brillantes de la galaxia durante varios momentos del recorrido de la Tierra alrededor del Sol.
Ellos hicieron un mapa no solamente de las áreas donde se encontraban en ese momento, sino que lo proyectaron en el tiempo, algo que Reid dijo que no se había hecho nunca antes.
Con ello, se pudo determinar también que la velocidad con la que gira la galaxia en espiral es de unos 914 mil kilómetros por hora, mucho más que los 792 mil kilómetros que los científicos pensaron durante décadas.
A partir de esos datos, se pudo calcular la masa de las estructuras de materia oscura, la más pesada del universo, que permitió determinar que la masa total de la galaxia era una vez y media más grande de lo pensado.
Muestran estrellas muertas origen de la Tierra
Las estrellas muertas albergan las pistas sobre la evolución de los planetas, en especial de la Tierra, según un estudio difundido ayer ante una reunión de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos en Long Beach, California.
Esas estrellas, conocidas como “enanas blancas”, están cubiertas por restos de asteroides que contienen los materiales a partir de los que se formaron los planetas, según el estudio preparado por investigadores de la Universidad de California.
El observatorio espacial Spitzer de la NASA ha detectado con su telescopio infrarrojo un total de ocho de esas “enanas blancas”, circundadas por los restos de asteroides. Según un comunicado del Laboratorio
de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA, hasta ahora los resultados sugieren que los materiales que forman la Tierra y otros cuerpos rocosos del sistema solar podrían ser muy comunes en el universo.