Panorama. El agua es un verdadero tesoro para los habitantes de comunidades rurales, incluso urbanas, de varios municipios del Estado.
Habitantes de San Juan de Guadalupe, Simón Bolívar, San Pedro del Gallo, Tlahualilo, Gómez Palacio y Lerdo sufren por la falta de agua.
La situación es tal que en estos momentos las personas comparten el agua con su ganado, pues los manantiales y las galerías filtrantes no han recibido líquido para abastecer a la población de algunas comunidades rurales.
RESPUESTAS Miguel Calderón Arámbula, director de la Comisión de Aguas del Estado (CAED), reconoce que el panorama es crítico y para contrarrestar el problema se amplió el programa de atención mediante pipas.
"Estimábamos que en julio se regularizarían las lluvias, pero no fue así. Estamos en este momento en coordinación con los municipios para el abastecimiento de agua, sobre todo en las comunidades rurales y también en algunas colonias de las ciudades, pero en este caso es por problemas con la infraestructura", platica.
RECUENTO DE DAÑOS El ex director local de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) explica que la ausencia de lluvias impacta negativamente a las pequeñas localidades, sobre todo aquellas que se abastecen de galerías filtrantes, pequeños manantiales u ojos de agua que en estos momentos están agotados.
"Con las pocas lluvias que se han registrado en el mes de agosto, por desgracia no se han recuperado esos aguajes y se está complicando porque se une a la carencia de agua en los abrevaderos de los animales, eso origina que las personas se lleven a los corrales sus vacas y animales y utilicen el agua que debe ser para consumo humano (para el ganado). Esto es una situación de subsistencia, lo entendemos", informa.
Respecto al presupuesto de la CAED, calcula que tendrán una reducción del 30 por ciento para la ejecución de obras en lo que resta del año.
CASO CONCRETO El funcionario estatal aclara que en la cabecera municipal de Pueblo Nuevo se puede percibir que el agua "tiene cierta turbiedad".
"En El Salto, como se abastece de presas, que son La Rosilla I y II, pues traen algo de sólidos suspendidos, pero es un agua que sirve para tareas domésticas, que no sea preparar alimentos ni beber. En este momento se tienen que abastecer mediante garrafones. Esto es algo que ha sucedido recurrentemente en El Salto", afirma.
En esta ciudad, añade, se ha analizado la situación y se tiene un proyecto para solucionar el problema y en este año se iniciará con una primera etapa.