Mañana martes el obispo de Roma presidirá una misa ante más de cinco mil fieles en la Basílica de San Pedro del Vaticano. (Archivo)
El Papa Benedicto XVI se apresta a celebrar este 6 de enero la festividad católica de la Epifanía, la manifestación de Cristo a los pueblos de la Tierra, y recibir en El Vaticano a los Reyes Magos.
Mañana martes el obispo de Roma presidirá una misa ante más de cinco mil fieles en la Basílica de San Pedro del Vaticano y después saludará a otras tantas personas en la Plaza de San Pedro, a las cuales bendecirá con la oración del Angelus.
Hasta ese lugar llegará un desfile de mil 500 actores con bandas musicales y grupos folclóricos que escoltarán a los Reyes Magos hasta el pesebre ubicado en el centro de la plaza.
Los personajes se unirán a la oración de Benedicto XVI y al terminar serán recibidos en el Palacio Apostólico, donde ofrecerán al líder religioso dones simbólicos.
Esta particular visita forma parte de la manifestación 'Viva la Befana', surgida en 1986 gracias al grupo Europae Famili.li.a para subrayar el significado espiritual de la Epifanía cuando la festividad fue cancelada del calendario civil.
Como es tradición, los tres sabios provienen cada año de una localidad diversa del territorio italiano, en 2009 llegarán desde Asís, conocida como la ciudad de la paz, 'aquella paz que está al centro de la revelación divina ofrecida a todas las gentes', dijeron los organizadores.
El mundo católico celebrará este martes el reconocimiento que los pueblos del mundo hicieron de Jesús como el Mesías, cuya representación gráfica corresponde a los Reyes Magos venidos de Oriente: Melchor, Gaspar y Baltasar.
Estos personajes están incluidos en la Biblia, en el evangelio de san Mateo, pero nunca refiere el número exacto de ellos y tampoco habla de reyes, sólo indica a los 'magos' en genérico.
En la antiguedad se llamaba así a los sabios persas y babilonios que estudiaban astronomía; en el relato evangélico se agrega que los astrólogos llegaron hasta Belén siguiendo una estrella luminosa en el cielo, la cual señalaba el nacimiento del rey de los judíos.
La tradición agregó los nombres y los ubicó como reyes en una conclusión natural por las profecías de Isaías, quien hablaba de la peregrinación de los pueblos, con sus reyes a la cabeza, para ofrecer dones a Dios.
Según estas historias, los magos ofrecieron a Jesús oro, incienso y mirra, productos preciosos originarios de Oriente en el mundo antiguo. De allí la tradición de los niños de esperar regalos la mañana de la fiesta de Epifanía.