Israel y los territorios palestinos esperan que la próxima visita del Papa Benedicto XVI a la región dé un empujón a las peregrinaciones cristianas a Tierra Santa, en declive desde que se inició la Segunda Intifada en el año 2000.
Las imágenes del Pontífice siguiendo los pasos de Jesús en Tierra Santa son el mejor reclamo con que puede contar la región para atraer a los peregrinos cristianos, que representan más de la mitad del turismo que viaja a Israel y la práctica totalidad del que recibe el territorio palestino ocupado de Cisjordania.
"La visita papal tiene un enorme potencial para exponer Tierra Santa a las comunidades cristianas a lo largo y ancho del mundo y animarlas a que vengan en peregrinación", dijo a Efe Pini Shani, director del departamento de Marketing del Ministerio de Turismo israelí.
Según él, muchos cristianos "peregrinan sólo a lugares como Roma o Lourdes", y dejan de lado la tierra que fue testigo de los pasos Jesús, en gran medida por desconfianza hacia la situación de seguridad en Oriente Medio.
Sin embargo, la próxima visita de Benedicto XVI, que tendrá lugar en mayo y será la tercera de un Papa a Tierra Santa, servirá para colocar en un gran escaparate los lugares más sagrados del Cristianismo.
El Papa visitará en Jerusalén el Cenáculo, donde se cree que Jesús celebró con sus discípulos la última cena, además de recorrer la Vía Dolorosa y el lugar donde se considera que fue crucificado, en el Santo Sepulcro. También visitará en la ciudad tres veces santa el Muro de las Lamentaciones, venerado por los judíos, y la Explanada de las Mezquitas, lugar sagrado para el Islám.
Viajará además a Belén, donde pronunciará una misa en la Basílica de la Natividad, y a la localidad de Nazaret, en la que creció Jesús y que hoy en día es la principal ciudad árabe cristiana en territorio israelí.
"No sabemos cuantos peregrinos vendrán acompañando al Papa, que en esta ocasión, y a diferencia de la visita de Juan Pablo II en el año 2000, no está llamando a los fieles a sumarse a su viaje", indicó Shani.
Pero, para él, lo importante no es el número de personas que viajen en coincidencia con el Pontífice, sino el flujo de peregrinajes que espera se produzca más adelante a raíz de esta visita.
Tras el comienzo de la Intifada de Al Aqsa, en septiembre del año 2000, el sector turístico israelí se vio sumido en una crisis de la que no empezó a salir hasta finales del año 2005, cuando inició una débil recuperación.
El pasado año, el número de turistas que viajaron a Israel alcanzó la cifra récord de tres millones, de los que alrededor del 66 por ciento eran cristianos, en su mayoría peregrinos, unas cifras similares a la que se disfrutaba antes del comienzo de la Intifada.
La visita del Papa en estos momentos, consideran las autoridades turísticas, dará un empujón definitivo a la recuperación del sector, que representa cerca del cinco por ciento del Producto Interior Bruto de Israel.
El presidente israelí, Simón Peres, se felicitó esta semana de que Benedicto XVI haya aceptado su invitación para viajar a Tierra Santa y aseguró que su visita "traerá el espíritu de la paz y la esperanza" a la región.
Una opinión que comparte el titular de Turismo, Ruhama Avraham-Balila, para quien "el clima de comprensión, reconciliación y paz entre pueblos y religiones que inspira el Papa" servirá para "fortalecer la imagen de Israel y animar a los peregrinos y turistas a viajar a Israel".
Su Ministerio invertirá en las próximas semanas el equivalente a más de un millón de euros (casi 1.3 millones de dólares) en renovar y acondicionar para la visita lugares como Qasr el Yahud, a orillas del río Jordán, en el punto donde se cree que Juan bautizó a Jesús, la Taberna del Buen Samaritano o el Sendero de Jesús.
También en los territorios palestinos se prepara la recepción al Papa, que sólo visitará la localidad de Belén.
"Esperamos al Papa con mucha ilusión y estamos comenzando los preparativos para recibirle", dijo a Efe el teniente de alcalde de Belén, George Saade, que no pudo precisar cuantos visitantes esperan.
Yusef Taher, palestino cristiano y dueño de una agencia de viajes, espera que la visita ayude a levantar la maltrecha industria turística que "en los últimos meses ha sufrido el duro impacto de la crisis financiera mundial y de la guerra de Gaza, que provocó miles de cancelaciones de reservas".