Paola Espinosa dio un paso más para estar entre las mejores clavadistas del mundo, gracias a su medalla de oro que consiguió en la plataforma de 10 metros en Roma. (EFE)
México, Df.- Cubrirte de oro tras alcanzar la gloria te lleva a ser parte del Olimpo. Paola Espinosa, campeona mundial en Roma 2009, disfruta su nuevo sitio como emperatriz de la plataforma de 10 metros.
"En las tribunas, la gente me sigue felicitando, me mira de otra manera, me tratan distinto. Ahora ya me siento parte de la elite y eso me gusta", confesó con alegría vía telefónica desde la capital italiana.
Paola ya había asimilado todo. La euforia, los festejos, los elogios. Ya con la mente fría y de manera amable fue que sostuvo esta charla, apenas tres días después de que tocó la cima de esta especialidad de los clavados. Recordó que después de su segundo salto las medallas parecían asequibles; sin embargo, cuando tiró el último y su nombre seguía encabezando la clasificación sólo atinó a pensar: "Lo logré, lo logré, ya estoy aquí".
A pesar de que se goza en su nueva condición, para Espinosa la mayor satisfacción es compartir el reconocimiento con su entrenadora de origen chino, Ma Jin, y todo su equipo.
"Mi mejor recompensa es que todos ellos estén felices por mi trabajo, por todo lo que hemos hecho, sin duda vale la pena", señala. Reconoce el sacrificio y esfuerzo que ha tenido su familia, a la que convida de su triunfo.
La monarca del mundo en su especialidad aclaró que su victoria áurea le pertenece exclusivamente a su equipo de trabajo. "La verdad es que a pesar de que todos vamos representando a México somos equipos diferentes, cada quien trabaja de manera distinta, lo único que puedo decir es que yo estoy muy contenta con mi resultado y que cada quien abogue por lo que le toque", indicó.
Espinosa aseguró que la consecución de su medalla dorada ayudará a la evaluación final del equipo mexicano de clavados, sobre todo después del incidente ocurrido en la pasada Universiada Mundial cuando Yahel Castillo compitió en estado de ebriedad; sin embargo, consideró que calificarlos como un solo equipo no es realmente lo ideal.
"La verdad es que cada quien hace de su nombre lo que quiera, todos los deportistas somos diferentes, cada quien hace su esfuerzo para dejar bien su nombre... este es un deporte individual", comentó Paola.
La participación dentro de los decimoterceros Campeonatos Mundiales todavía no termina, pero ya anticipó que a su regreso a casa el festejo será en grande, por partida doble. "Llegando cumplo años (23), así que celebraré ambas cosas, mi cumpleaños, mi medalla con mi familia y amigos. Eso será lo principal". Será la mañana del jueves cuando Paola compita en su última prueba, los clavados sincronizados de tres metros, con Laura Sánchez.