"Queremos una globalización con ética en que las personas estén en el centro de nuestras preocupaciones."
RÍO DE JANEIRO, BRASIL.- Lula es todo un personaje. Este miércoles 15 de abril, al hablar ante los asistentes al Foro Económico Mundial de Latinoamérica que se realiza en Río, el presidente de Brasil rebasó con mucho el tiempo que tenía programado e hizo reír a los asistentes.
De hecho, reconoció que siempre da dos discursos: uno formal que le preparan sus asesores y otro imprevisible, que se le ocurre cuando ve el rostro de los participantes.
Para un hombre de izquierda que en tres ocasiones fue fallido candidato a la Presidencia de su país, y que algunos equiparaban con Andrés Manuel López Obrador por su radicalismo, Lula ha sido un presidente extraordinariamente moderado y exitoso.
Uno de los impulsores originales del Foro Social Mundial, creado en oposición al Foro Económico Mundial, el mandatario brasileño ha sido uno de los asistentes más constantes a las reuniones del Foro Económico, tanto las de Davos como las regionales, que es el caso de la actual de Río. Un hombre que se opuso al FMI en el pasado, hoy está promoviendo una mayor aportación de su Gobierno a esa institución.
Lula aprovechó su presentación en el Foro de Río para ofrecer reflexiones no sólo sobre Brasil sino sobre su propia filosofía económica y social. Cuestionó la especulación que genera fortunas sin producir nada y que provoca crisis financieras, pero no fue una condena al 100 por ciento.
"El mundo erró la dosis de la economía virtual", dijo. No se opuso a toda la especulación, pero dijo que si alguien va a invertir en el mercado de futuros -"Y no se vaya a pensar que estoy cuestionando los mercados de futuros"-"debe depositar por lo menos una parte de cash."
Para aquellos que han querido ver en Lula un representante del "socialismo del siglo XXI" que impulsa Hugo Chávez, quien ha venido estatizando empresas al por mayor en Venezuela, el actual presidente de Brasil debe ser una decepción.
"Ni el Estado puede resolverlo todo -dijo ayer-ni el mercado puede resolverlo todo." De hecho, apuntó que aquellos que se enriquecieron con un mercado financiero sin regulación "ahora vuelven la vista al Estado para que los rescate".
El activista opuesto a la globalización de otros tiempos ha sido reemplazado por un político que se opone a las barreras comerciales que hoy levantan distintas naciones. "El proteccionismo es como una droga" sentenció ayer Lula: primero te hace sentir bien, pero después provoca un daño enorme.
La filosofía del Lula actual no es muy distinta a la de otros gobernantes socialdemócratas del mundo.
El mercado es indispensable para generar riqueza. "Yo no quiero un Estado empresario", dice, pero añade que se necesita "un Estado inductor, un Estado fiscalizador" y, sobre todo, un Estado que genere una mejor distribución del ingreso. "Hemos tenido la experiencia de países que crecen al 7 por ciento durante años, pero que no logran abatir la pobreza."
Una mejor distribución de la riqueza, añade, termina por favorecer a los propios empresarios. Éstos se benefician de tener un mercado más amplio de consumidores para sus productos. Ayer Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Económico Mundial, reconoció a Lula como "un verdadero estadista global". Tiene razón, por supuesto, pero la designación puede irritar a quienes durante mucho tiempo vieron al actual presidente de Brasil como un líder en la lucha contra la globalización.
Ecopetrol, la petrolera estatal colombiana, ha seguido el ejemplo de la brasileña Petrobras y no el de Pemex. En lugar de cerrar las puertas a la inversión privada, está teniendo proyectos con empresas de todo tipo. Pero además 450 mil colombianos, dijo ayer Álvaro Uribe en la reunión latinoamericana del Foro Económico Mundial, son socios de la empresa tras haber comprado acciones y participan en su crecimiento.
