Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

ESTÁN TRANSFORMANDO EL PAÍS ENSAYO SOBRE LA CULTURA

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

Los slogans no mienten; nuestra vida cotidiana se transforma pero no para bien. Para el político basta con adornarse de una campaña de publicidad esperando que el público se contente con ello; vestir a la realidad con infinidad de disfraces como si en la vida cotidiana no se viviera lo contrario. El absurdo es este tobogán de contradicciones; por un lado te plantean el difícil panorama económico y por el otro, para la promoción de campañas abundan los dineros; y hoy se habla de préstamos, por un lado, y se designa tesorero de última hora y al parecer éste es un busca chambas que ha andado aquí y allá como muchos andan sin mucha suerte en sus empresas. ¿Es así como se salva la nación?

Yo hay no sé si la pretensión sea salvar a la nación, a la ciudad; o si por el contrario sea hundirla más de lo que se encuentra. A medida que pasa el tiempo, en lugar de soluciones, se multiplican los problemas. Estamos destinados a sufrir las consecuencias no sólo de las aberraciones de nuestros políticos, sino las de nuestra propia apatía que dejando hacer y dejando pasar nos ha traído a donde estamos.

Hoy por hoy, como si la historia no enseñara nada. En el siglo XIX todos los pueblos del mundo se alzaron a la lucha para quitarse de encima a las castas que los gobernaban, las dictaduras, a los emperadores y los reyes para jugársela por la democracia. Hoy, en algunos países se pretende que estas dictaduras vuelvan a imponerse, como la de Castro, como la de Viet Nam; ahora Chávez. ¿Resulta que don Porfirio no era malo? ¿Resulta improcedente el grito de Madero sufragio efectivo no reelección?

En que consiste esta sociedad en la que nos están transformando. Hoy que los medios y los políticos luchan para seguir dándonos las mismas heces de ambas partes a través de los medios, como si un juego deportivo fuera trascendente para nuestras vidas, como si el ser humano no tuviera una inteligencia que cultivar y una dignidad que defender. La industria de la diversión y la demagogia demostraron su ineficacia como conformadores de una sociedad en las leyes aceptadas como la televisa, donde lo único que importa son sus beneficios personales (lo mismo que les importa a los grupos de delincuentes que ahora tienen azotado al país) y la nación, la sociedad, los individuos, estos ciudadanos que no encuentran la salida son carne de cañón para desplumar; y entre más estúpidos nos mantengan, mayor ganancia obtendrán de nuestra vil explotación.

Pero no existe ni la más mínima materia gris en estos cerebros que intentan dirigirse como hacedores de nuestra ciudad cuando al están destruyendo. ¿Ha ido usted últimamente a nuestro llamado centro histórico? ¿Usted cree que algún negocio pueda subsistir con tanta agresión de parte de las autoridades? O séase que en tiempos de carencia de fuentes de trabajo lo que se hace es fastidiar a lo que existe en lugar de ponerse a encontrar soluciones para que existan más. No lo entiendo. Si comes de la ciudad como destruyes a la ciudad. No lo entiendo.

No lo entiendo y estos mismos nos quieren hacer creer que todo se hace por nuestro propio bien. ¿El vivir como vivimos ahora es nuestro bien? ¿Tú te acuerdas como vivíamos hace diez años, hace veinte, hace treinta? ¡Ah que nuestro políticos!, pensaron que sus fotografías panorámicas iban a bastar para satisfacer el horizonte de nuestras vidas y el de la ciudad? Ella es algo más que puentes y túneles, dinero gastado a manos llenas sin medir las consecuencias.

Tú y yo necesitamos trabajo, tú y yo necesitamos seguridad. Deja lo que necesitemos tú y yo; lo que nuestros hijos necesitan para ser personas, para desarrollarse en todos los sentidos, completamente. Eso es la verdadera razón de una ciudad, el medio físico donde los hombres se desenvuelven, donde vive, donde aman, donde tienen que encontrar lo necesario para su perfección.

Y nos están transformando; El miedo, si ahora es el miedo el que nos domina. La destrucción, si ahora no hay muchas opciones económicas, lo que se presta para que los pocos que contratan mano de obra puedan aprovecharse para pagar poco, a pesar de las múltiples universidades que ofrecen papelitos para vivir peor que como lo hacía un obrero hace cuarenta años o un vendedor. Nos están transformando, en el teníamos, en el usábamos, en el deseábamos. Nos están transformando en el había, en el éramos.

En que poco tiempo se destruye lo que ha llevado una centuria construir. Todo esto se lo debemos al dejar hacer y al dejar pasar. Se lo debemos a que lo humanístico no sirve para nada y mantenemos al pueblo mexicano con la lectura de un libro por año. Mandamos a los chicos a la escuela para que obtengan un papelito no conocimientos ni formación. Ahora ni siquiera existe la cultura del esfuerzo. Son tan abusados, si la trampa sirve para resolver desde el más mí niño problema escolar hasta los problemas mayúsculos de nuestra nación, aprendemos a ser tramposos.

Nos están transformando.

Para huir de esta transformación recomiendo como lectura para esta semana: "Tragicomedia mexicana 1,2 y 3 de José Agustín. A lo mejor buscando en estos laberintos, encontraremos las razones de nuestra transformación.

Ícaro escapo del laberinto volando. Nosotros escapemos por medio de la lectura. Si usted se conforma con el fut bol de cualquier tipo, allá usted.

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 413024

elsiglo.mx