De la vida misma
No sólo es la reafirmación de la Primavera, que llegó en los últimos días de marzo, sino también la oportunidad que se nos da para disfrutar de Las Mañanitas más agradables del año, frescas y placenteras, trayendo de vez en cuando algunos vientos y ciertos fríos, resabios de un invierno que esta vez no fue tan extremoso.
Además es el mes dedicado a los niños, esos pequeñines que siguen esperando de todos nosotros no sólo cuidados especiales, sino un poco más de tiempo a su lado.
Cuando en la preparatoria nos adentrábamos en los fértiles campos de la literatura, encontramos cosas curiosas e interesantes que ocurrieron el 23 de abril de 1616. Ese día, para sorpresa nuestra, fallecieron en diferentes lugares tres hombres muy famosos a la vez que importantes:
En España exhalaba ese día el último suspiro Miguel de Cervantes Saavedra, autor de El Quijote de la Mancha, un libro que teníamos que leer desde la misma primaria, cuando nacieron nuestros deseos por la buena lectura.
Ese mismo día, en suelo de Inglaterra, falleció William Shakespeare, el autor más importante de la lengua inglesa con obras que siguen cautivando a todas las audiencias del mundo.
Y ese mismo día, en tierras de España, falleció Inca Garcilaso de la Vega, el gran escritor hispano-americano, nacido en Perú.
A todos ellos hemos admirado y leído mucho.
Y en este mismo abril, pero de 2005, o sea no hace mucho, falleció en Roma, Italia Juan Pablo Segundo, el inolvidable Karol Whojtila, el Papa Viajero que vino varias veces a México.
En su primera visita a nuestro país, mamá todavía vivía, y emocionada nos comentó: Él es un buen hombre, ojalá un día lo pudieras conocer.
No pudimos hacerlo pero siempre estuvimos pendientes de sus pasos y de sus obras en bien de la humanidad.
Abril es un mes diferente, con amaneceres distintos y días que se alargan y no quieren terminar.