Los reproductores de música y celulares, han sobrepasado los mecanismos de defensa que tiene el oído humano por naturaleza, y hay que vigilar que no superen un volumen de 60 decibeles.
Los reproductores de música y celulares, han sobrepasado los mecanismos de defensa que tiene el oído humano por naturaleza, y hay que vigilar que no superen un volumen de 60 decibeles.
Por donde quiera que se va hay gente con audífonos, lo mismo conectados a reproductores de música que teléfonos celulares, en ambos casos aparatos capaces de disparar al oído intensas ondas sonoras a muchos decibeles, demasiados, cuando se piensa en la calidad de la audición.
Las víctimas propicias son mayoritariamente jóvenes de entre 15 y 24 años, que suman más del 19% de la población mexicana. Muchos de ellos sufren ya efectos en la salud: daño en la audición a edades tempranas, debido a que el uso de audífonos por tiempo prolongado y a gran volumen provoca pérdida progresiva de la audición, hasta dejar al usuario como si tuviera 50 años.
Gritos de alerta
Alma Pesquera Romero, coordinadora del Área de Audiología y Otoneurología del Hospital General Regional “Carlos Mac Gregor Sánchez Navarro”, alerta sobre que los problemas de audición se presentan cada vez con mayor frecuencia entre los jóvenes debido a la accesibilidad de productos como celulares y reproductores de música.
Una enfermedad, común entre ellos es una que antes se presentaba sólo a partir de la quinta década de la vida, llamada presbiacusia, la cual se caracteriza por la pérdida progresiva de la capacidad para oír debido al deterioro producido en el sistema auditivo generado por la edad.
El problema no sólo preocupa por el tiempo que los jóvenes ocupan estos aparatos, que va en un promedio de ocho a 10 horas al día, sino por el volumen que emplean, dice la especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El daño que ocasiona al oído es progresivo e irreversible, es decir que aunque una persona deje de utilizar los aparatos, la audición perdida ya no se puede recuperar; además, se debe considerar que al pasar de los años el oído humano tiene una degeneración por el envejecimiento, a lo que se agregan las enfermedades crónicas que pueda presentar a lo largo de su vida.
Silencio protector
Si hay molestias o señales de que se escucha mal recomienda acudir de inmediato con los especialistas, en el caso de que al dejar de usar los aparatos o al salir de un antro o fiesta, sigan escuchando ruidos o sonidos, padecimiento que se denomina acúfeno.
En el Seguro Social se sugiere dejar de utilizar estos equipos, evitar ambientes ruidosos y hacer conciencia de la contaminación que genera el ruido por los altos decibeles de la música, además de las complicaciones ocasionadas en los jóvenes.
La experta en oído pide a la gente que en caso de acudir a los antros o fiestas, colocarse protectores o tapones en los oídos, no estar tantas horas expuestos al ruido, y en cuanto tengan una mínima sospecha de que hay disminución en la audición, acudir de inmediato al médico para que se les brinde atención oportuna.
El tiempo en el que se presentan las consecuencias varían de acuerdo con la susceptibilidad de cada personas, porque cada quien utiliza esta tecnología a diferentes horas, por determinado tiempo al día y la frecuencia con que lo hacen. Un 60% por ciento de los que lo utilizan durante un tiempo prolongado y a diario, presentarán complicaciones.