El ex presidente chileno Eduardo Frei Montalva (1964-1970) fue asesinado en enero de 1982 con sustancias tóxicas como talio y mostaza sulfúrica, reveló hoy el juez Alejandro Madrid, quien investigó el magnicidio. (AP)
El ex presidente chileno Eduardo Frei Montalva (1964-1970) fue asesinado en enero de 1982 con sustancias tóxicas como talio y mostaza sulfúrica, reveló hoy el juez Alejandro Madrid, quien investigó el magnicidio.
El magistrado dijo a periodistas que la muerte de Frei se produjo 'por la introducción paulatina de sustancias tóxicas no convencionales, por la aplicación de productos farmacológicos no autorizados y por la ocurrencia de situaciones anómalas'.
Detalló que Frei Montalva 'presentó exposición a talio y MS (mostaza sulfúrica) en los últimos tres meses previos a su fallecimiento. Esta exposición fue a dosis bajas, por vía endovenosa, como la más alta probabilidad y con potenciación entre los dos xenobióticos'.
'Esto determinó efectos de daño celular y del DNA, expresado en compromiso multisistémico, alteraciones en la capacidad de los linfocitos de defenderse de gérmenes oportunistas, lo que determinó su muerte por un cuadro séptico', precisó.
Indicó que las sustancias tóxicas, que fueron 'disimuladas' por los culpables en el caso, deterioraron el sistema inmunológico del gobernante y líder por esos años de la oposición a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Ese debilitamiento inmunológico facilitó 'la aparición de bacterias oportunistas, tales como las denominadas 'proteus vulgaris' y 'candida albicans', que resultaron ser la causa final de sus muerte', precisó el juez.
Esta serie de hechos, a juicio de Madrid, 'dieron la apariencia de que su deceso ocurrió por complicaciones derivadas de las intervenciones quirúrgicas a las que fue sometido, haciendo imperceptible la intervención de terceros en su fallecimiento'.
Aseveró que 'la cercanía entre las personas es donde más peligro existe, ya que hubo seguimientos, informantes pagados e intervención telefónica' para concretar el homicidio del padre del senador y candidato presidencial oficialista Eduardo Frei Ruiz-Tagle.
Madrid sometió a juicio este lunes a seis personas, cuatro de ellas médicos, en calidad de autores, cómplices y encubridores del crimen, el cual fue perpetrado por personas que estaban vinculadas a los servicios de inteligencia del régimen de Pinochet.
El juez ordenó la detención de los médicos Patricio Silva (ex jefe del Comando de Salud del Ejército) y Pedro Valdivia (ex funcionario de la policía de Carabineros), además del ex empleado civil del Ejército Raúl Lillo y del ex chofer de Frei, Luis Becerra.
Silva, Lillo y Becerra fueron sindicados por el juez como autores del homicidio, en tanto que Valdivia es cómplice y los doctores Helmar Rosenberg y Sergio González, que participaron en la autopsia, fueron procesados por Madrid como encubridores del asesinato.
El magistrado enfatizó que no pensó en la cercanía de las elecciones presidenciales del próximo domingo ni en la candidatura de Frei Ruiz-Tagle para oficializar los procesamientos contra los culpables de la muerte del ex mandatario.
'Los jueces no podemos estar sujetos a la contingencia', acotó Madrid, quien recordó que el proceso por la muerte del ex presidente chileno es 'de alta data', cuando Frei Ruiz-Tagle no era candidato presidencial ni senador de la República.
Explicó que 'llegó el momento que tenía que tomar la decisión y buscar una fecha oportuna no es propio de un juez ya que hay que hacer justicia en el momento y tiempo que corresponde'.
Frei Montalva, que murió el 22 de enero de 1982, se sometió en diciembre de 1981 a una intervención quirúrgica simple producto de una hernia al hiato.
Lo que parecía una intervención de rutina se complicó con el paso de los días en forma extraña y el ex gobernante debió ser sometido a una segunda operación producto de una peritonitis aguda, tras la cual falleció producto de una septicemia.
El ex jefe de Estado, que falleció a los 71 años, fue infectado con una bacteria que habría sido introducida a la Clínica Santa María por colaboradores de la disuelta Central Nacional Informaciones (CNI), uno de los principales aparatos represores de la dictadura.
