Estados Unidos exigirá a partir de junio próximo a los estadunidenses que ingresen al país demostrar su ciudadanía con su pasaporte o una identificación oficial con fotografía, una medida para reforzar la seguridad en sus fronteras.
Hasta ahora, los estadunidenses pueden regresar a su país con sólo declarar su nacionalidad o mostrando su certificado de nacimiento a los agentes de inmigración y aduanas en los cruces internacionales, quienes sólo en ocasiones solicitan algún documento de identificación.
A partir del próximo 1 de junio, los agentes no aceptarán ya los certificados de nacimiento como prueba de ciudadanía para aquellos viajeros estadunidenses que regresen de México o Canadá.
Los estadunidenses deberán contar con un pasaporte o con una licencia oficial reforzada, u otras identificaciones gubernamentales aprobadas para poder regresar a su país.
Los documentos de viaje aprobados, además del pasaporte, incluyen, las identificaciones militares con órdenes de viaje, la Tarjeta de Viajero de Confianza (NEXUS, SENTRI o FAST) y la licencia de conducir emitida por algún estado de la Unión.
'Vamos a ser prácticos y flexibles para implementar este nuevo requerimiento de viaje', dijo en un comunicado el comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), Jayson P. Ahern.
Los estadunidenses que se presenten en los puntos de cruce fronterizo sin documentos, podrán ingresar al país, una vez que se haya investigado y confirmado su identidad, pero ello retrasará no sólo su cruce, sino también el de otras personas.
Por eso, 'exhortamos a los viajeros a obtener estos documentos ahora para agilizar los cruces fronterizos desde el primer día', dijo Ahern.
La Coalición Fronteriza de Texas, que agrupa a alcaldes y líderes empresariales, advirtió que la nueva medida dará una muy escaza o nula seguridad, pero sí, en cambio, constituirá una pesada carga para los residentes de la zona y para el flujo del comercio.
El Departamento de Seguridad Nacional, la dependencia a cargo de aplicar la disposición, argumentó que los requerimientos son un compromiso de una demanda previa de que los ciudadanos estadunidenses deben llevar pasaportes para cruzar la frontera.
La nueva regulación forma parte de la Iniciativa de Viaje del Hemisferio Occidental, aprobada por el Congreso, para reforzar la seguridad a lo largo de las fronteras de Estados Unidos.
