PARA FUERA. Una gran grúa logró sacar al automóvil.
Con la frustración en el rostro, dos hombres lloraron a un lado de una camioneta blanca, en donde estaba su mamá sin vida.
Salían juntos
A sus 65 años, aproximadamente, Juan Luévanos y su esposa, Teodora Zúñiga, salieron a dar un paseo en su auto verde.
“Mi papá no entiende, a pesar de estar enfermo salía con mi mamá a dar la vuelta”, dijeron sus hijos entre lágrimas.
El Mercury transitaba sobre la Prolongación Río Nazas, a la altura de la colonia Plan de Ayala, en Torreón. Juan, ya muy tarde, se dio cuenta que frente a él estaba un gran pozo, ocasionado por el paso del río Nazas. Intentó maniobrar para no caer al abra, pero el pequeño auto cayó quedando llantas arriba. Teodora, quien iba de copiloto, recibió el fuerte golpe.
Sus hijos corrieron a sacarlos del auto y los trasladaron en una camioneta blanca, pero al ser interceptados por una ambulancia, Teodora ya había muerto. Juan, aún con vida, fue llevado a la Cruz Roja, éste conductor se había fracturado el cráneo y estaba muy grave.
Sobre la caja de la Ford, una familiar lloraba desconsoladamente abrazando a Teodora ya sin vida.