(Octava parte)
Continuación...
De cierto, de cierto te digo, que antes que Abraham existiera, Yo soy. Yo estuve contigo y estaré contigo hasta el final del mundo. Todo lo que tú eres, Yo soy. Todo lo que Yo soy, está personificado en ti. Yo estoy en ti, y tú estás en mí. Somos uno. Estas cosas te las he dicho para que mi gozo esté en ti y tu gozo sea completo. Familiarízate conmigo y estarás en paz. Yo estoy en tu corazón, en tu mente y en tu alma. Yo soy la luz que siempre te guía. Yo soy la estrella de la esperanza y la abundancia de fe que entra a tu corazón. Cree en mi palabra. Ten certeza completa y absoluta de mí y todos mis dones serán tuyos. Porque mi reino es el reino del amor. Yo secaré las lágrimas de tus ojos y no habrá más muere ni sufrimiento. Todo se ha ido para siempre. Mirad Yo acudo a ti rápidamente. Yo estoy contigo. Yo te amo. Yo soy...
Es de noche, la luna de plenilunio en todo su esplendor, sin embargo un ambiente pesado se siente por los acontecimientos en torno a Jesús, un luto profundo, un sentido de pérdida enorme... No está aquí, ha resucitado. ¡Sí, hermanos, el Señor Jesucristo no se ha quedado en la tumba, ha resucitado!
Los pueblos de la antigüedad aguardaban esta manifestación, lo hemos oído en la amplia lectura de la Sagrada Escritura. Siglos se necesitaron de historia de salvación para llegar a este momento culminante. Noche dichosa, noche de inmensa alegría. Ha resucitado el Señor.
Para nosotros y para la humanidad entera ha resucitado Cristo. Nosotros nos congregamos a celebrarlo, pero su salvación llega a todos los hombres y mujeres del orbe. Nadie agota la salvación de Cristo, ni se puede apropiar de ella, es patrimonio universal.
Para nosotros, que nos reunimos como una comunidad orante, la resurrección nos llama a ser testigos, martiria viviente de este acontecimiento. Con nuestra actitud de vida ordinaria, con nuestra alegría, con nuestro optimismo, con nuestra visión clara de las cosas seremos elocuentes de paz.
El mundo de hoy, nuestro mundo, necesita de esos testigos del resucitado. La violencia que se desata en nuestras calles, en nuestras colonias, en nuestra querida Comarca Lagunera, necesita de cristianos y cristianas que anuncien la paz, la alegría, la caridad, la misericordia, la justicia. No podemos darnos el lujo de despreciar los bienes que nos ha dado el Dios de la Verdad y la Justicia.
A Cristo no le dieron muerte los judíos, sino que todos los hombres lo rechazamos y lo dejamos. Aún hoy se sigue marginando la presencia del Señor. Los hombres y mujeres que viven el desamor y la injusticia anidan en sus corazones el rechazo a Cristo. Nuestra misma sociedad niega a Jesús con sus actos y actitudes. A ellos, hijos, hermanos, esposos, esposas, amigos, vecinos, hay que anunciarles que Cristo resucitó por ellos, para traerles amor y para que en Él encuentren plenitud. No nos cansemos de anunciar a Cristo resucitado en nuestra vida. Cada gesto de amor anuncia al resucitado. Cada palabra buena es propicia para la misericordia. No dejemos pasar un día sin ser mensajeros de Cristo vivo que esta Semana Santa y de Pascua celebramos, porque se convertirá en una semana, en un mes, en un año, en una vida quizás de oscuridad.
Que la luz que caracteriza la noche de luna llena en que resucitó Jesús, ilumine permanentemente nuestra vida y que el bautismo que renovamos nos lleve a cada una de nuestras casas y familias plenamente renovados y llenos de una inmensa alegría. Feliz fiesta de Pascua 2009.
Agradecemos todos los comentarios recibidos por este tema en particular. La serie completa de "El Mensaje del Señor" que publicamos hasta el día de hoy, está compilada en un CD donde podrá apreciarla en su totalidad, esperando que les haya dejado un mensaje de paz y esperanza en estos tiempos difíciles y propicios de reflexión de Semana Santa y Pascua. Estamos como siempre a sus órdenes en el teléfono 720-94-57 o en la dirección electrónica pmger@hotmail.com, pmgerr@hotmail.com La próxima semana empezaremos un nuevo tema. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".