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FAMILIA SIRVIENDO A LA VIDA

GERMÁN DE LA CRUZ CARRIZALES

Despertar... Es / Una Experiencia De Vida  

Continuación...

Y en ese dolor empiezo a gritar "¿quién se equivocó?". Miren yo tan santa. Jamás he robado yo nunca he matado, yo les cobraba barato a los pobres, yo sacaba muelas gratis a los que necesitaban. ¿Yo qué hago aquí? Yo iba a misa los domingos, a pesar de que me consideraba atea nunca falté, si en mi vida falté cinco veces a misa fue mucho. Yo era alma que siempre iba a misa. Y yo qué hago aquí. Yo soy católica, por favor yo soy católica sáquenme de aquí. Cuando yo estoy gritando que soy católica, veo una lucecita y miren una luz en esas tinieblas es el máximo regalo que puede recibir uno. Veo unas escaleras encima de ese hueco, veo a mi papá, que había fallecido cinco años atrás, casi a ras del hueco, un poquito de luz tenía y cuatro escalones más arriba veo a mi mamá, con mucho más luz y en esa posición como de oración.

Cuando yo los vi. Me dio una alegría tan grande, y empecé a gritar: "¡papito, mamita por favor sáquenme de aquí se los suplico, sáquenme de aquí!". Cuando ellos bajan la vista y mi papá me ve allí si hubieran visto el dolor tan grande que sintieron ellos; uno siente los sentimientos en el sitio, uno mira esa parte y ve ese dolor tan grande, mi papá empezó a llorar y se ponía sus manitas en la cabeza y temblaba: "¡hija mía, hija mía!". Y mi mamá oraba y me doy cuenta que ellos no me pueden sacar pues el dolor que me daba era de ver que ellos estaban allí compartiendo ese dolor conmigo.

Y empiezo a gritar de nuevo: "¡por favor, miren, sáquenme de aquí, que soy católica!", ¿pero quién se equivocó?". ¡Por favor, sáquenme de aquí! Y cuando yo estoy gritando esta segunda vez, se escucha una voz, es una voz dulce, es una voz que cuando la escucho se estremece toda mi alma, y todo se inundo de amor y de paz, y todas esas criaturas salieron despavoridas, porque ellas, no resisten el amor, ni la paz y hay paz para mí, me dice esa voz tan preciosa: "Muy bien, y si tú eres católica dime los mandamientos de la Ley de Dios".

Y que rajada tan horrible, ¿oyeron?, yo sabía que eran diez pero de ahí en adelante nada, ¡miércoles! qué voy hacer aquí. No, aquí sí hago. Mi mamá siempre me hablaba del primer mandamiento del amor. Al fin me sirvió. Al fin sirvió para algo "la carreta" de mi mamá. Aquí me toca "echar esta carreta" de mi mamá. Para ver cómo salgo de ésta que no se note las demás. Pensaba manejar las cosas como la manejaba acá siempre tenía la excusa perfecta, y siempre me justificaba y me defendía de tal manera que nadie se enterara de lo que no sabía. Y aquí me figuro, aquí empiezo a decir: ...El primero. Amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo: "-¡Muy bien!". Y me dicen: "-¿Y tú los has amado?". -Y digo: yo sí, yo sí, yo si! Y es cuando me dicen: "No" Miren. Cuando me dijeron..."!No!", ahí sí sentí el corrientazo del rayo, porque yo no me di cuenta en qué parte me cayó el rayo, no sentía nada, y me dicen: "!NO! ¡Tú nos has amado a tu Señor sobre todas las cosas, y muchísimo menos a tu prójimo como a ti misma! ¡Tú hiciste un dios que acomodaste a tu vida sólo en momentos de extrema necesidad! ¡Te postrabas ante él, cuando eras pobre, cuando tu familia era humilde, cuando querías ser profesional! ¡Ahí sí todos los días orabas, y te postrabas tiempos enteros, horas enteras suplicando a tu Señor! ¡Orando y pidiéndole para que Él te sacara de esa pobreza y te permitiera ser profesional y ser alguien! ¡Cuándo tenías necesidad, querías dinero, ahí mismo un rosario Señor. Pero mándame la plática! ¡Ésa era la relación que tú tenías con el Señor! Yo veía a mi Señor, de verdad tristemente. Les comento, la relación con Dios era de "cajero automático". Rezaba un rosario y tenía que bajar la plata, ésa era mi relación con Él. Y me muestran, Tan pronto el Señor me permitió que tuviese profesión. Que empezaba a tener un nombre. Y empezaba a tener dinero ya me quedó chiquitico el Señor, y ya empecé a creerme muchísimo; ni siquiera la mínima expresión de amor con tú Señor. ¿Ser agradecida? !Jamás!, ni siquiera abría los ojos. ¡Señor, gracias por este día que me has dado, gracias por mi salud, por la vida de mis hijos, porque tengo un techo pobrecitos los que no tienen techos, ni comida Señor...! ¡Nada! Desagradecidísima! Y fuera de eso, pusiste tan debajo a tu Señor, que creías más en Mercurio y Venus para la suerte, andabas segada a la astrología diciendo que los astros manejaron tu vida. Empezaste andar en todas las doctrinas que te ofrecía el mundo, Empezaste a creer que simplemente morías y volvías a empezar. Y te olvidaste de la ¡Gracia!". Que tú habías costado un precio de sangre a tu Señor. Me hacen un examen de los Diez Mandamientos. Me muestran que yo decía que adoraba, que amaba a Dios, con mis palabras. Y adoraba... a Satanás. Porque en mi consultorio llegaba una señora a hacer riegos, y yo decía: "Yo no creo en eso". Pero échelos por si las moscas". Y empezaba echar ella rieguitos para la buena suerte. Continuará...

Agradecemos todos los comentarios que nos puedan hacer por este tema en particular, esperamos hacer un documento sobre las experiencias vividas y compartidas entre nuestros lectores. Estamos como siempre a sus órdenes en el teléfono 720-94-57 o en la dirección electrónica pmger@hotmail.com, pmgerr@hotmail.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrarás más artículos de tu interés: www.familia.blogsiglo.com

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