Despertar... Es Una Experiencia de vida
TESTIMONIO DE DRA. GLORIA POLO
(QUINTA PARTE)
Continuación...
Y en los sacramentos nada, yo como me iba a confesar con esos viejos que eran más malos que yo, porque era muy cómodo para mí entre mi porquería no irme a confesar, el maligno me sacó de la confesión y así fue como me quitó la sanación y limpieza de mi alma, porque cada vez que yo cometía pecado no era gratis, Satanás ponía dentro de esa blancura de mi alma su marca, una marca de tinieblas; jamás, sólo en mi Primera Comunión hice una buena confesión, de hoy en adelante nunca más, y recibí a mi Señor indignamente.
Llegó a tal punto la blasfemia, la incoherencia de mi vida que yo llegué a decir: "¿Cuál Santísimo? ¿Qué tal Dios vivo en un pan? Es que esos sacerdotes deberían echarle un poco de arequipe para que supiera rico". Hasta ese punto llegó la degradación de mi relación con Dios.
Jamás alimenté mi alma, y para rematar no hacía sino criticar a los sacerdotes, si hubieran visto cómo me fue de mal con eso. En mi familia y desde muy pequeños criticábamos a los sacerdotes, empezando por mi papá, decían que esos tipos son unos mujeriegos que tienen más plata que nosotros y nosotros lo repetíamos. Y nuestro Señor me decía: "¿Quién te creías tú para hacerte Dios y juzgar a mis ungidos?", me decía: "son de carne y por la santidad de un sacerdote la hace la comunidad, que ora, le ama y le apoya y cuando un sacerdote cae en pecado no le preguntan tanto al sacerdote sino a la comunidad. Y el Señor me mostraba que cada vez que yo criticaba a los sacerdotes se me pegaban unos demonios. Fuera de eso, cuanto mal hice cuando llamé a un sacerdote homosexual y toda la comunidad se enteró, no se imaginan cuánto daño hice.
Del cuarto mandamiento: Honrarás a tu Padre y a tu Madre. El Señor me mostraba como ya les comenté, cómo fui de desagradecida con mis padres, cómo maldecía y renegaba de ellos y no me podían dar todo lo que mis amigas tenían y como fui una hija que no valoraba lo que tenía llegué al punto de decir que ésa no era mi mamá porque me parecía muy poquita cosa para mí. Fue espantoso ver el resumen de una mujer sin Dios y como una mujer sin Dios destruye todo lo que se acerca y fuera de eso lo más grande de todo es que yo sentía que era buena y santa. También me mostró el Señor cómo yo creía que no me rajaba en este mandamiento por el simple hecho de haber pagado los médicos y las medicinas de mis padres cuando ellos se enfermaron, también cómo yo analizaba todo a través del dinero y cómo los manipulé cuando yo tenia dinero, hasta de ellos me aproveché, el dinero me endioso y los pisoteé. ¿Saben qué me dolió?, ver a mí papá llorando con tristeza a pesar de todo, él había sido un buen padre que me había enseñado a ser trabajadora, emprendedora y que debía ser honorable, porque sólo el que trabaja puede salir adelante, pero se le olvidó un pequeño detalle que yo tenía alma y que él era un evangelizador con su testimonio y cómo toda mi vida se empezó a hundir a través de todo esto. Veía a mi papá con dolor cuando era mujeriego; él era feliz diciéndole a mi mamá y a toda la gente que él era muy macho porque tenía muchas mujeres y que podía con todas; que además él tomaba y fumaba. Con esos vicios que lo hacían sentir orgulloso, pues él no pensaba que eran vicios sino virtudes. Y empecé a ver cómo mi mamá se cubría las lágrimas cuando mi papá empezaba a hablar de otras mujeres. Me empecé a llenar de rabia, de resentimiento y empiezo a ver cómo el resentimiento me lleva a la muerte espiritual, sentía una rabia espantosa de ver cómo mi papá humillaba a mi mamá delante de todo el mundo. Y empiezo con la rebeldía y le digo a mi mamá; "yo nunca voy hacer como usted, por eso las mujeres no valemos nada, por mujeres como usted, sin dignidad, sin orgullo que se dejan pisotear de los hombres". "Y yo le decía a mi papá cuando ya fui más grande": "Jamás, póngale cuidado; papá jamás voy a permitir que un hombre me humille como usted lo hace con mi mamá, si un hombre me llega a ser infiel yo me desquito papá". Mi papá me pegó y me dijo: "¿Cómo se le ocurre? Mi papá era muy machista y le dije: así me pegue y me mate si yo me llego a casar y mi esposo me es infiel yo me desquito para que los hombres entiendan cómo sufre una mujer cuando un hombre la pisotea. Y me llenó de todo ese resentimiento y de esa rabia, y cuando ya tuve plata empecé a decirle a mi mamá. ¿Sabe qué mamá?: ¡Sepárese de mi papá!, y eso que yo adoraba a mi papá, es imposible que usted aguante un tipo así, sea digna, hágase valer mama". ¡Imagínense! Quería divorciar a mis padres. Y mamá decía, "no hija, a mí no es que no me duela, a mí sí me duele pero me sacrifico porque ustedes son siete hijos y yo no soy sino una, me sacrifico porque finalmente su papá es un buen papá y yo sería incapaz de irme y dejarlos sin papá, además, si yo me separo quién va a orar para que su papá se salve, yo soy la que puedo orar para que su papá encuentre la salvación porque el dolor y el sufrimiento que él me ocasiona yo los uno a los dolores de la cruz y todos los días le digo al Señor, este dolor no es nada unido a tu cruz, -Señor, permite que se salve mi esposo y mis hijos-. Yo no entendía eso. ¿Y saben qué?, me dio tanta rabia y eso hizo que mi vida cambiara y me volviera una rebelde, y empezara a promulgar en esos mismos deseos de defender a la mujer. Empecé a defender el aborto, las infidelidades, la separación, el divorcio y a defender la ley del "Talion", el que me la hace me la paga, nunca fui infiel físicamente pero dañé a mucha gente con mis consejos. Cuánta gente aconseja que se separen, que se divorcien, pues nunca van a cambiar. Continuará...
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