Despertar... Es VALORES EN LA FAMILIA
Continuación
Entonces Simeón expresaba: "A ti María, te atravesará la palabra de Dios para que tengas vida, para que entiendas, para que descubras a Jesús". La palabra de Dios es viva y eficaz, la palabra es viva, actual, activa, eficaz, capaz de transformar, de cambiar. Por ejemplo en las más de doscientas cincuenta mil personas que en alguna vez me han escuchado, nada menos este martes pasado en el centro Saulo, en el grupo en que estoy compartiendo experiencias, se siente esa comunicación pues la expresión de sentimientos que tenemos desde el corazón tienen mucha fuerza y se ven los efectos entre los asistentes. Y esta palabra es más potente que la espada porque va cortando lo más profundo del ser, del corazón, del alma, del espíritu, hasta el corazón. Una persona me decía: "Nos está tirando muchas piedras y yo, ya no siento lo duro sino lo tupido", es decir la palabra está llegando a donde se quiere llegar. Llegar, al corazón para que queden al descubierto las intenciones. Dios es el Dios de la vida y de la palabra, la palabra viva y eficaz. Por allá del año 27 de nuestra era en el lejano Jordán, apareció la palabra en un campesino de Nazaret, en un hombre sudoroso, en un hombre trabajador y que por cierto hablaba muy mal el arameo pues así lo hacían los galileos, apenas leía y escribía. Este hombre apareció junto a Juan el Bautista en la primavera del año 27, -apareció la palabra- y hacia la primavera del año 30 la palabra había resucitado y vivía en las comunidades y en el corazón de los testigos. La palabra que más que hablar con vocablos habló con su vida y nos dio todo. Cuando la palabra se expresa, expresa su más profundo amor. Una tarde del siete de abril del año 30 sobre una cruz, la palabra guardó silencio! Porque nadie ama más a sus amigos que quien da la vida por ellos. Y entonces fue cuando la palabra resucitó! Dice Pablo en la carta a los Galatas: "Cuando se cumplió el plazo, envió Dios a su Hijo nacido de mujer, sometido a la ley para rescatar a los que estaban sometidos a la ley para que recibieran la condición de hijos. Un momento decisivo donde Dios envió a su propio hijo al mundo, nacido como uno de tantos, nacido de mujer, sometido a la ley de Moisés y los Diez Mandamientos. De esa esclavitud lo vino a salvar la palabra de Dios. Así pues el proyecto de Dios sigue adelante y alcanza su plenitud. En el Antiguo Testamento Dios inició su obra de liberación, sacando a su pueblo de Egipto y en el Nuevo Testamento, Dios nos liberó de la ley y nos llamó hijos! Hay una diferencia sustancial de hijos entre el Antiguo y Nuevo Testamento. En muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios a nuestros padres por medio de profetas. Ahora en la plenitud nos habló por su hijo. Evidentemente estas palabras impactaron mucho a aquellas mujeres y hombres que lo escucharon. Imaginemos a esas personas a la orilla del lago Galilea junto a Cafarnaúm, escuchando a ese campesino sonriente tirado en el suelo, jugando con los niños, consolando a un anciano es decir ¡Hablando! ¿Como hablaría a los pecadores que no iban a las sinagogas? En aquellas circunstancias -como esperaríamos que los papás de nuestros tiempos hablaran a sus hijos- Jesús les hablaba de un papa, de una vida, la palabra es una espada que va penetrando las fibras más sensibles del corazón humano. Nadie ha hablado como lo hizo Jesús. El hablar se hacía para dar una noticia, para dar una buena alegre y para el Evangelion, que era para hablar de los emperadores, es decir bajar impuestos, liberar algunos esclavos, dar una buena noticia coloquial como el nacimiento de un niño, la boda de alguien o para hablar de la salud. La palabra buena noticia era el Evangelio, es decir "Jesús vivo" el que palpita dentro de nosotros y significa por supuesto "Liberar", pues entonces había 613 mandamientos y Dios estaba encerrado en el templo. Entonces Jesús lo libera y lo pone en el corazón del hombre y de la mujer sin más rito que el amor sin más ley que la libertad; Eguangelion! Hay que destacar que esa gente que seguía a Jesús en multitudes era analfabeta, pues en aquellos tiempos escribir era un lujo. La cultura se transmitía oralmente y se utilizaba la memoria, imagínense la memoria privilegiada que tenían, pues ésta es como un músculo, mientas más lo usas más se fortalece. Hoy día, nosotros ya no usamos la memoria como lo hacían esos cristianos de la época de Jesús, hoy nosotros usamos la computadora, la PALM, para hablar por tu celular señalas el nombre de la persona y no el número, bostezamos frente a la TV. Para los cristianos de la época de Jesús, la memoria era cuestión de vida o muerte pues si yo te prestaba 500 monedas lo tenías que recordar pues no había papel, entonces tenías buena memoria y recordabas. Se aprendían de memoria las palabras de Jesús y en los años 70s, 80s o 90s con las leyes naturales de la transmisión, fue entonces cuando la comunidad repetía las palabras de Jesús. Hay un problema del año 6 a.C. al año 30 d.C. pues murió en el año 30 y esto equivaldría a la edad de 37 ó 38 años, ésta corresponde a la primera etapa. La segunda etapa es la generación apostólica de mujeres y hombres que vivieron y escucharon a Jesús y que murió en el 30 y ellos en los 75 u 80, esos testigos empezaron a repetir el evangelio de memoria, pues no lo escribieron, sólo predicaban lo que recordaban. Había pocos hechos históricos y muy poco la pasión de Jesús, pues ésta se describió hasta el Siglo II o III, y lo que sabían era que Jesús estaba vivo, hablaban de la resurrección. Respecto a la pasión, en estos cristianos, testigos de la vida y de la luz no había culpa, no había sentimientos de frustración. Jesús no nos había salvado con la pasión, nos había salvado con la resurrección, con alegría, con vida, con amor e iban transmitiendo esta palabra.
Durante el desarrollo de cada tema iremos comentando experiencias de los grupos que actualmente se están preparando en el centro Saulo y de casos reales con la idea de ir poniendo en práctica la palabra en el quehacer diario, es decir rescatar los valores desde el mismo seno familiar, a través de las parejas de matrimonios, jóvenes, señoras que nos acompañan cada martes. Estamos como siempre a sus órdenes en el teléfono 720-94-57 o en la dirección electrónica pmger@live.com, pmgerr@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de tu interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".