Despertar... Es / Valores En La Familia Cada quien escuchó lo que en realidad quería escuchar, cada comunidad viva de Mateos, Lucas y Marcos, tradujeron a su propia experiencia lo que las fuentes como kuel les habían compartido y cada una fue haciéndose una propia imagen de Jesús, que en realidad no son cuatro evangelios sino uno solo con distintos ángulos de Jesús, no contradictorios. Que se equivocaron en muchas cosas, es muy probable, pero muy secundarias, pero en la esencia estaba el mensaje de amor y de vida de Jesús. Estos tres, se llaman sinópticos, pues sinopsis en latín significa ver en conjunto, pues si vemos un evangelio de sinópticos podemos ver en cualquier página tres columnas y lo que dicen Marcos, Mateo y Lucas. A Juan no lo metemos en sinopsis, pues él va a escribir su propia experiencia unos cuarenta años más tarde que los sinópticos sobre Jesús, pero eso sí con un amor al resucitado, con una fidelidad maravillosa que el autor anónimo de la segunda carta a Timoteo dice así: Timoteo 2,2 "A ti Timoteo doy gracias porque recibiste con fidelidad estas palabras y con amor las transmites, no te avergüences del Evangelio, sino que con espíritu de fortaleza y de amor transmítelo como yo te lo transmití". El no avergonzarme de las palabras de Jesús, transmitirlas en mi comunidad, hacer oración porque la palabra se hizo carne, y si la palabra es comunicación y está esperando una respuesta, porque si yo te hablo desde mi corazón espero de ti una respuesta, porque desde toda la eternidad Dios te quiso hablar desde el corazón y te habló lo más intimo de Él, pues en la palabra se comunica lo más íntimo, lo que siento y Dios comunicó, se desnudó de todo su misterio, tanto, que se hizo carne y la palabra habitó en medio de nosotros, y esta palabra viva y eficaz y las comunidades que la recibieron, la hicieron propia y la guardaron como tesoros y la fueron transmitiendo sin avergonzarse palabra por palabra, año tras año, hasta que con mucho amor nos llegaron Mateo, Marcos Lucas y Juan, cuatro comunidades que nos dijeron que Jesús está vivo.
Podemos destacar cómo la palabra toma formas diferentes, de don, de servicio, de alegría, de dolor, de amor, cómo la palabra que es un símbolo espera de la interioridad un síntoma y el síntoma se comunica, es por eso que los médicos dicen ¿que síntomas tienes? Es decir, en lo más profundo, en lo más oculto, este síntoma nos dice: "Te lo revelo, me manifiesto a ti" y sólo me puedo manifestar a la luz del amor, a la luz de la amistad, yo no me doy a conocer a cualquiera, lo más íntimo de mí se lo comunico a la amiga, al amigo porque me comunico con amor y Dios amor se comunicó, esto es en realidad la palabra de Dios. Primero se comunicó a un pueblo, al pueblo de Israel, y no únicamente a éste, sino a muchos pueblos en todos los tiempos de todas las culturas y religiones, pero específicamente se comunicó al pueblo de Israel, hasta que llegada la plenitud de los tiempos se comunicó haciéndose hombre, y la palabra se hizo carne. ¿Qué sucedió con aquel grupo de mujeres y hombres desconcertados, tristes, fracasados un siete de abril del año 30? ¿Qué pasó con ese puñado de mujeres y hombres que vagaban desesperados por aquellas callejuelas de Jerusalén o más allá, porque en el que habían creído había sido ajusticiado, ¿Qué sucedió? Es un misterio para los teólogos hoy día, que a los pocos días y semanas, aquellos timoratos, aquellas mujeres y hombres angustiados, transformaron su dolor en alegría, su angustia en esperanza, sus miedos en audacia, llegaron a decir lo inconcebible "Él está vivo y vive en medio de nosotros". Y podemos reflexionar, que nos pasa a los cristianos que se nos olvida ese primer anuncio "Él está vivo". Imagínense que apareciera en todos los periódicos del mundo a ocho columnas. "!Él está vivo!" que dejáramos de anunciar un cadáver, un ajusticiado en una cruz y que sólo anunciáramos que, "Él está vivo". Y esos analfabetas, mujeres y hombres fueron cautivando, haciendo adeptos, no con palabras sino con su testimonio, lo que hoy se llama querigma, el anuncio de la buena nueva, tan buena que se llamó Evangelion, Evangelio, una buena nueva de hoy, de aquí, no de aquél tiempo, una buena noticia para todas las mujeres y hombres especialmente aquéllos que han perdido la ilusión en la vida, la esperanza, los sufrientes, una buena noticia para aquellos marginados que se sienten lejos de Dios. Se afirma que Jesús lo primero que hizo fue comer con proscritos, con pecadores, con prostitutas y publicanos, la comida de Jesús era entre pecadores y muchas veces se prohíbe precisamente que se acerquen a la eucaristía aquéllos que lo son. Entonces Jesús vivo les empieza a decir a aquéllos, que habita en medio de ellos para siempre. Hay narraciones de los discípulos de Emaus, el eterno caminante camina entre sus amigos, está aquí y nos está diciendo que nunca jamás volveremos a estar solos. Antes de ser escrito el evangelio fue narrado, pero antes de ser narrado fue vivido. Era el testimonio vivencial de aquellos hombres que prefirieron morir antes de negar al resucitado. Porque el evangelio no es algo sino alguien, la buena noticia es alguien, se llama Jesús y Él más que con palabras con su forma de vivir fue diciéndonos que Abba nos ama. Son de las pocas palabras que sabemos con certeza que dijo Jesús, Abba, que podría traducirse como papi. Continuará...
Durante el desarrollo de cada tema iremos comentando experiencias de los grupos que actualmente se están preparando en el centro Saulo y de casos reales con la idea de ir poniendo en práctica la palabra en el quehacer diario, es decir rescatar los valores desde el mismo seno familiar, a través de las parejas de matrimonios, jóvenes, señoras que nos acompañan cada martes y los grupos que se abrirán. Estamos como siempre a sus órdenes en el teléfono 720-94-57 o en la dirección electrónica pmger@live.com, pmgerr@live.com . Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de tu interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".
