Despertar... Es Valores En La Familia Estos fragmentos que iban escribiendo con tanto amor, estas comunidades de finales del Siglo I y que después fueron adornando estas palabras: "Es que Jesús lo dijo sobre un monte" no, -el otro decía- "fue sobre una montaña", no es cierto, -decía otro- "fue sobre un llano" cada quien decía lo que le convenía. Por ejemplo, para los judíos, Dios siempre habla en la montaña (Sinaí). La comunidad de Mateo que era judía, decía que el gran sermón de Jesús fue en una montaña, en cambio para la comunidad de Lucas, pagano, que tenían la referencia que los dioses griegos, éstos hablaban en las llanuras, en las estepas, en los lugares bajos y según San Lucas ¿dónde fue este gran Sermón? En la llanura, es decir cada comunidad iba traduciendo, ambientando la escenografía de las palabras del Señor Jesús, a veces simpáticas, pues la multitud (que eran a veces 30 ó 40) estaban aplastando literalmente al pobre Señor Jesús a la orilla del lago, donde sus pies y túnica estaban ya empapados y entonces pidió auxilio a Pedro, le decía: "Pedro, viejo, ayúdame a subir a tu barca" y con risas veían como Jesús medio mojado subía a la barca, imagínense esas escenas que eran alegres. Y entonces ya arriba de la barca, donde la gente no lo alcanzaba, siguió predicando. ¿Cómo sabía esta gente estos detalles? Pues habían oído, que habían oído, que alguien que había estado ahí, había dicho... y éstos eran registros de memoria, pues era un pueblo analfabeta y no entendemos claramente esto, pues nuestro pueblo hoy día es un pueblo de lectores o más bien de medios electrónicos como la TV o Internet y otros medios como los audio libros, pero en esa época no habían estos medios, pero sí había libros más adelante, donde se les podía leer, como El Quijote de la Mancha en torno a una buena fogata escuchando a Johann Sebastian Bach. Entonces pues, hoy día nuestro pueblo es una cultura de lectores y de medios, en aquella época era una cultura de memoria y se iban transmitiendo de memoria palabras por palabras y se iban preguntando qué era lo que realmente dijo Jesús, y nos lo seguimos preguntando. Es lo que se llama en teología ipsissima verba Christi las mismísimas palabras de Cristo. ¿Cuáles fueron? Y con qué criterio vamos a seleccionar las mismísimas palabras de Jesús. Quizás si les pidiera que en este momento repitieran las palabras que hemos leímos en artículos anteriores ustedes me pudieran decir: usted ha escrito que la virgen nunca sufrió, pero no es así, hablamos de una espada, de un símbolo bíblico que Simeón le dio a María, la palabra. De esta manera podemos comprobar que cada quien escucha lo que quiere escuchar, luego pues, la comunidad de Mateo decía que Jesús había hablado en una montaña, la comunidad de Lucas que en una llanura. Así pues en la sinopsis, que son los tres evangelios, Mateo, Marcos y Lucas en paralelo, viendo qué comunidades omitieron alguna cosa y quien añadió otra, por ejemplo la comunidad de Lucas, muy sensible, muy tierna, quizás constituida en su mayoría por mujeres, y todo lo doloroso y áspero de Marcos lo omite, no mencionando palabras fuertes en labios de Jesús nunca, entendiéndose pues, que habiendo maravillosas mujeres en esta comunidad de Lucas, lo endulzaban todo, al igual de en la comunidad de Juan, que nos legaron esos evangelios. La de Marcos era fuerte y la de Mateo era de puros judíos y estos enfoques van dándole tinte a aquello. Por ejemplo, cuando Jesús enseñó una oración, ¿Qué dijo? ¿Deberás Jesús enseñó el Padre Nuestro? Pues si vemos el Padre Nuestro en Lucas o en Mateo son bien distintos. ¿Cuál es el original? ¿Con qué criterios? Además Jesús no oraba con palabras sino con una experiencia de amor. Muy probablemente sus únicas dos palabras originales sean Abba Nuestro, es decir todos somos hermanos, y Papá es papá de todos. Evidentemente Lucas no pone Nuestro, Mateo sí. Lucas habla del perdón especialmente, Mateo no tanto, matices. En cambio Juan pone el Padre Nuestro en el capítulo diecisiete, donde se lee un Padre Nuestro maravilloso y que es diferente al de los dos sinópticos. Por ejemplo, los biblistas actuales ponen algo muy fuerte; los crucificados morían de asfixia y no morían como los pintan en las películas, por supuesto que no. Los clavaban de los dos brazos y los sentaban en un cedille, que los romanos le llamaban un cornu y se tenían que apoyar en los clavos de los pies para subirse, respirar y volverse a bajar y con un martillo les rompían las rodillas, entonces aquellos infelices con las piernas rotas ya no podían levantarse y a los pocos minutos morían asfixiados. Una persona que se está asfixiando apenas puede hablar y menos gritar y hay algo ciertamente histórico, que dicen los cuatro evangelios, que Jesús poco antes de expirar "gritó" y cada una de estas comunidades le puso palabras (que no son históricas, porque no las dijo Jesús, en sus labios) a su grito, desde luego inspiradas en el Espíritu Santo, Marcos puso un salmo bellísimo de confianza pero sólo puso la primera frase, Eli Eli lama sabachthani (Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado) porque toda la teología de Marcos es la teología de muerte vida, del dolor transfigurado en resurrección. Continuará...
Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Estamos en Saulo los martes por la noche, con un café y el pan de nuez, clásico de los martes. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de tu interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".