DE NUEVO. Se acordó que se va a investigar la muerte de Magdalena a fondo.
El domingo 28 de diciembre del año pasado fue la última ocasión que los familiares de Magdalena Chavira la vieron con vida. La dama, quien vivía en la ciudad de Chihuahua, fue a conocer a su primer nieta a Ciudad Juárez, de donde salió en un autobús el 31 de diciembre para ya no volver jamás.
No llegó
Magdalena había dicho que iba a pasar unos días con sus amigas, pero para el día 5 de enero, sus parientes se preocuparon al extremo, pues las noticias sobre ella habían dejado de fluir. Comenzaron una búsqueda en el estado de Chihuahua.
La preocupación era mayor, pues Magdalena padecía un desorden siquiátrico llamado trastorno bipolar, mismo que estaba debidamente controlado gracias a los medicamentos que ella debía consumir para mantenerse estable. La búsqueda del ser querido se extendió a los estados vecinos de su natal Chihuahua.
Misterio
De algún modo, que tendrá que investigarse, Magdalena terminó en la ciudad de Torreón. El tres de enero pasado fue vista vagando sin ropa en las calles de la colonia Zaragoza Sur, donde las vecinas se apiadaron de ella y le dieron algunas ropas para cubrirla. Magdalena les pidió ayuda, pues aseguró que tenía tres semanas en Torreón, y que había sido ultrajada y secuestrada por un grupo de hombres. Se llamó a Cruz Roja, cuyos paramédicos acudieron a prestarle auxilio a Magdalena, quien a pesar de encontrarse en estado de confusión, proporcionó sus datos y hasta un número de teléfono.
El 6 de enero, el cadáver de una mujer apareció en los campos del ejido Rancho Alegre. En un principio, una vecina de la localidad la identificó como su hermana, pero horas después, acudió al Ministerio Público para informar que su hermana había aparecido en la comunidad. De modo que el cuerpo de la persona de los campos de avena quedó en calidad de no identificado. Se informó que la muerte fue originada por causas naturales.
Era ella
Los Chavira se enteraron del caso de la dama que llegó a Cruz Roja y el jueves pasado denunciaron en la Procuraduría su desaparición, donde 26 horas después se les informó que en Semefo había un cuerpo con las características de Magdalena.
“Mi hermana era maestra de música, era una mujer sana, cantaba y no usaba drogas ni alcohol. Exigimos que se investigue a fondo, pues para nosotros no fue una muerte natural”, dijo Victoria Chavira. “Las personas con trastorno mental y las víctimas de violencia de género deben ser tratadas con dignidad por las autoridades”, finalizó.