La comunión entre la afición y jugadores retornó a CU, luego de que los Pumas de la UNAM remontaran en el marcador global al Tecos. (El Universal)
México, Df.- Todos juntos, en bolita para comenzar la fiesta y sin cubreboca para gritar a todo pulmón. Las medidas sanitarias quedaron en los accesos al Olímpico Universitario, ya que en las tribunas los aficionados de los Pumas se juntaron para disfrutar lo que vendría minutos después.
Y fue al 85' cuando la guarida de los felinos se convirtió en un manicomio. Francisco Palencia hizo el segundo gol de la tarde, el que ponía a los Pumas en semifinales.
"No nos desesperamos, porque sabíamos que en cualquier momento podíamos emparejar el marcador; creo que hicimos una buena labor durante los 90 minutos", dijo un exhausto Niño.
La clave fue la disciplina táctica y el resultado está a la vista, aseguraron todos los universitarios, encabezados por Palencia: "Generamos mucha llegada -dice el delantero auriazul-, no nos desesperamos y metimos las necesarias para sacar el resultado y avanzar a la siguiente fase, es un triunfo que estamos disfrutando por como se dio y cómo se finiquitó la eliminatoria".
Dante López abrió el camino a menos de un minuto de la segunda parte. Después, tras mucho batallar, Ricardo Ferreti hace modificaciones en su alineación en la parte complementaria, y los cambios le funcionaron bien en ese lapso. David Toledo por Ismael Íñiguez, al 60'; Juan Francisco Palencia por Martín Bravo, al 64', y David Cabrera por Jehú Chiapas, al 78'. Ambos relevos en la delantera anotarían para consumar la hazaña en casa.
A 10 minutos del final, y con marcador 1-0 en favor de los felinos, la policía desalojó a una centena de aficionados emplumados para evitar confrontaciones. Lo que siguió, la remontada felina, ya no la apreciarían. Probablemente ese fue el mejor de los consuelos para los seguidores zapopanos.
"Este sábado nos equivocamos, pero la entrega de mis jugadores me deja muy tranquilo", dijo el técnico Miguel Herrera, en tono de resignación.
Porque lo que se refiere a los seguidores de los Pumas quedaron todos locos de felicidad.
Y la algarabía ya no cesaría en las tribunas. "El equipo jugó con mucha garra y con la entrega que le ha caracterizado en su historia, además de que en ningún momento se desesperó", finalizó Palencia, quien ante un avispero de reporteros alzó la mano para arengar a la afición al grito de ¡Goya!.
