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Fantasmas

Diálogo

YAMIL DARWICH

¿Quién, siendo niño, no tuvo temor a los fantasmas? Por cuestiones de cultura, las creencias de la existencia de seres que aparecen por la noche, ha sido tema de cuentos y novelas; preocupación de menores y algunos mayores, que abandonamos la seguridad que infunde el conocimiento.

Es válido "temerle más a los vivos que a los muertos", particularmente en estos tiempos de grave inseguridad; con todo, es común el sentimiento que nos asalta, generando dudas y hasta temor en algunas noches de insomnio.

Recordemos que esta creencia es rechazada por el Cristianismo, que, aunque garantiza la existencia de otra vida, niega la posibilidad de que los muertos puedan regresar a la vida terrenal, ni aún en casos de extrema conveniencia, como aquel rico que pedía permiso al padre Abraham para avisarle a los hermanos de la realidad del castigo eterno.

Con la llegada de la modernidad y mayor conocimiento científico y tecnológico, la creencia en espantos y brujas se fue desvaneciendo, aunque desde siempre hayan existido testimonios sobre hechos paranormales.

Pero ahora sorpréndase: aparecen nuevas hipótesis sobre el funcionamiento cerebral, que dan base a la supuesta realidad de tales apariciones sobrenaturales.

Giuseppe Amara, psiquiatra italiano radicado en México, ha escrito el libro "Experiencias cercanas a la muerte", donde vuelca sus años de estudio e investigaciones monográficas, sobre las vivencias de sujetos ubicados en estado crítico y de fallecer, que con la ciencia médica salvan la vida y nos aportan observaciones del paso al otro mundo.

En el mismo, donde da referencias bibliográficas suficientes que le confieren seriedad y duda razonable, cita a científicos investigadores que comentan sus hipótesis quebrantadoras de la conceptualización tradicional en los campos de la medicina y la física modernas.

William James, psicólogo y filósofo de Harvard, dice que esas visiones fantasmales son el simple efecto de sustancias químicas que alteran el normal funcionamiento del cerebro. Fue de los primeros en reportar el efecto del óxido nitroso -anestésico- que despierta el estado de "conciencia mística", hecho que más adelante se confirmaría al observar la acción onírica del ketalar, frecuentemente observada en quirófanos.

Rupert Sheldrake, otro investigador referido, habla de "Campos Morfogénicos de la Memoria", que más allá del espacio, tiempo y el propio individuo, contienen, transmiten y activan el saber colectivo. Con esas posturas ideológicas, al cruzar conocimiento con la física cuántica y sus conceptualizaciones espacio temporales, se llega a conclusiones como la de: "el pensamiento y la energía existen para siempre" -Van Lommel- y que: "existe un universo de fuerzas psíquicas que coexisten con la materia y la energía", idea que ha sido expuesta por Cyril Burt, catedrático de la Universidad de Londres, confirmando la Hipótesis de las Monadas de Leibniz.

Con ello, se refuerza la idea de un cerebro transmisor -del vidente- que da lugar a las apariciones.

También han participado filósofos: Schopenhauer decía que los fantasmas pueden presentarse durante el sueño, producto del "órgano onírico" -área límbica- que les confiere objetividad como si fueran reales; luego complementa: "es la simple imagen del que una vez fue, que se forma en el "órgano de los sueños" de un hombre predispuesto". Immanuel Kant, en su "Antropología pragmática", clasifica la demencia y declara: "el mundo espiritual no puede ser conocido a través de nuestros sistemas de percepción ya que el hombre sólo puede representarse al mundo espiritual como simbólico".

Carl Gustav Jung, comentó que, durante su juventud, tuvo la sensación de que "los muertos nos rodean", afirmando que "son visiones del inconsciente" y estar convencido de la realidad "transpsíquica".

David Bohm, colaborador de Einstein, profesor de física teórica, sostiene que la información de todo el universo está contenida en cada una de sus partes; la física moderna sospecha un principio intrínseco del mundo es su poder unificador, con conexiones invisibles -las mónadas- que unen al todo; "todos los momentos son el realidad uno solo". Esta interconexión ha sido llamada "paradoja Einstein-Poldosky-Rosen", que sustenta: "el universo sería una basta red de partículas participantes en un solo sistema cuántico".

Otros neurólogos -Universidad de Pensilvania- han demostrado que en la zona límbica, con estímulos eléctricos o químicos, pueden provocarse experiencias místicas y sobrenaturales; uno de ellos, Karl Lashley, dice que cada recuerdo, tal vez implica "una especie de resonancia sobre un gran número de neuronas".

En otras palabras: los fantasmas son materializados por nuestra mente, a partir de aprovechar esa materia existente, aún no comprendida.

Todos los investigadores plantean sus ideas e hipótesis, conscientes de carecer de métodos de medición y comprobación, siempre aclarando que, con todo, quedan muchas cosas sin comprender, entre ellas el presentimiento científico de que hay un ente creador, principio del todo.

Sería muy emocionante romper la barrera entre ciencia y fe, que pareciera, a partir del nuevo conocimiento, puede lograrse en el futuro. ¿Qué le parece? ydarwich@ual.mx

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