Felicidad. Ayer por primera vez, tras varios días de espera, Brenda tuvo entre sus brazos a su primer hijo, a quien llamará Armando.
En la sala de maternidad del Hospital Universitario, se encuentra Cristal Castañeda ansiosa por abrazar y besar a su pequeño Ángel. Ayer, a sus 17 años de edad, fue mamá por primera vez.
Su bebé nació a los siete meses de gestación debido a ciertas complicaciones en el parto, condición que lo mantiene alejado de su madre.
La historia de Brenda no es diferente. También se estrenó como mamá al dar a luz al pequeño Armando, a quien hasta apenas ayer estrechó entre sus manos, por políticas de la institución.
"Nos faltó un documento del Seguro Popular y por eso no nos dejan salir ni sacar al bebé, y mucho menos tenerlo aquí en el cuarto, porque podría pescar cualquier infección", comenta la joven mujer.
Pese a las complicaciones que ambas vivieron, aseguran que sus hijos son la mayor alegría que Dios les pudo haber enviado.
LA TRAVESÍA
Con el temor de perder a su bebé, Cristal llegó a la clínica el jueves por la tarde. "Pensé que era amenazada de aborto porque traía mucho dolor, pero ya cuando llegué ya estaba dilatada", cuenta todavía en cama la nueva mamá.
El dolor se controló y no fue sino hasta las primeras horas del domingo, 10 de mayo "Día de las Madres" que Cristal fue sometida a una cesárea "porque el bebé venía sentadito", cuenta.
Minutos más tarde, escuchó por primera vez el llanto de su pequeño Ángel, a quien junto con Gerardo, su esposo, esperaba ansiosa por conocerlo.
Aunque no hubo mariachis, ni fiesta, ni globos, comenta que con sólo saber que su primogénito se encuentra bien de salud, es la mejor manera de disfrutar su día.
Será hasta el día de hoy cuando regrese a casa en la colonia Las Luisas del brazo de su marido y llevando entre sus brazos a su bebé, a quien llamarán Ángel, "porque llegó así, de esa forma a mi vida...".
BRENDA
Frente a la cama de Cristal, se encuentra Brenda Lozano. Su rostro irradia tristeza porque a dos días de haber dado a luz a su hijo Armando, sus brazos aún no habían podido rozar su delicada piel.
"No me dejan ni cargarlo, ni darle de comer", dice desde la cama la joven mamá. Y es que, aunque el estado de salud de ambos se reporta como excelente, no han podido regresar a casa y mucho menos estar juntos como una familia.
"Nos faltó un documento del Seguro Popular, el cual no nos dieron porque llegamos de urgencia pues mi hija ya daba a luz, y sin ese papel no pueden salir", dice su madre.
Sin embargo, ayer en su día, recibió el mejor de los regalos: tener por primera vez entre sus brazos a su bebé, a quien sólo conocía detrás de un ventanal de los cuneros del hospital.