Una de las virtudes del ser humano es la disposición para servir al prójimo, atenderlo, protegerlo o ayudarlo en situaciones de peligro, minusvalía o desventaja.
El amor del humano por sus congéneres se conoce como filantropía; de Filos, amante y antropos, hombre, valor que hemos ido perdiendo con el tiempo. Cada día somos más egoístas, tal vez por la dificultad de la vida y más egocéntricos, seguramente influidos por el "sistema".
Culpamos a la crisis o la falta de confianza para justificar nuestro desinterés por los demás y la poca o nula disposición para apoyar a las ONG, que tratan de cumplir con su función de apoyo a los necesitados, responsabilidad que corresponde a las autoridades, que visto está, no son capaces de atender.
Es importante resaltar que la Comarca Lagunera, proporcionalmente, cuenta con el mayor número de esas organizaciones de servicio; también hay que denunciar el limitado apoyo que reciben; en otras palabras: tenemos la conciencia de atender a los necesitados, pero nuestra disposición no es la más adecuada.
Cuando dialogamos con algunos de los dirigentes de casas de ancianos, asilos para huérfanos y expósitos, o centros dedicados a los enfermos con necesidades especiales, siempre encontramos el mismo comentario: nos hacen falta más recursos.
Con tal respuesta, no se refieren -únicamente- a los recursos económicos, que buena falta hacen, sino a los humanos: personas dispuestas a donar algo de su tiempo de descanso para apoyar alguna de las obras, según cada preferencia.
Es de llamar la atención la pobre cooperación o el desinterés y desenfado que tenemos al no apoyarlos en hacer el trabajo que nos corresponde a todos; para tranquilizar conciencias, hay quienes creen o se convencen a sí mismos que, dando unas monedas a los pordioseros de los cruceros, cumplen con su compromiso; nada tan equivocado: en el caso, sólo favorecen la miseria, agravan el problema y colaboran para fomentar la "universidad de la desadaptación social".
Desde hace semanas, se inició la colecta anual de la Cruz Roja Mexicana, actividad efectuada periódicamente en todo el territorio nacional. Por fortuna, he tenido la oportunidad de conocer de cerca los resultados obtenidos en 2009; a la fecha, el ingreso por "boteo" -colecta con alcancías realizada por socorristas y estudiantes en calles y eventos especiales- es mayor a lo recolectado el año anterior; lo preocupante es comparar y ver que en general son más bajos los resultados, comparados con 2008.
Debo comentarle que en 2008, no había grupo de Damas Voluntarias, mismo que ahora existe y a pesar de su esfuerzo, es mala nuestra disposición para cooperar.
Es probable la argumentación basada en la crisis, reflexión dudosa, ya que la apreciación de quienes participan, año con año, en pedir "ayuda para ayudar", orienta a evaluar que: quienes menos tienen continúan cooperando igual o más que antes.
La caída en los ingresos por la cooperación del estado, en renglones tales como plaqueo o aportaciones directas, han disminuido sorprendentemente. El resultado es deprimente, tomando en consideración que los directivos y líderes tienen información sobre las necesidades de apoyarla en el servicio.
Para el caso del Municipio, la cantidad recaudada fue menor, los donativos de funcionarios escasos y hubo algunos "escurridizos", a pesar del esfuerzo hecho por las voluntarias.
Igual sucedió con los deportistas profesionales de la región, con todo y sus estratosféricos ingresos.
La Iniciativa Privada también tiene el mismo comportamiento y el descenso de su cooperación se verá reflejado en la necesidad de suspender mejoras y compras de equipos para salvar vidas. Parece ser que olvidamos la verdad contenida en la frase: "nadie es tan rico para no necesitarla o tan pobre para no apoyarla".
En contrario, hay personas que difaman a la Cruz Roja y se empeñan en desprestigiarla; como ejemplo, le denuncio la existencia de gentes mal intencionadas, quienes confunden maliciosamente a la opinión pública sobre el costo de los servicios y mezclan las urgencias -imperiosa necesidad de atender- y emergencias -de inesperada aparición-, que junto al transporte de lesionados son completamente gratuitos, con servicios médicos de consulta general, uso de quirófanos o atención de partos, que sí tienen cuota, pero menor a la de cualquier institución de salud.
Casos aparte son aquellos sujetos que, telefónicamente, provocan desplazamientos inútiles de ambulancias, a veces demorando la atención a una verdadera llamada de auxilio, de paso provocando gastos extraordinarios.
El caso de la Cruz Roja, Delegación Torreón, sirve para ejemplificar; igual sucede con asilos y orfanatos; también en los servicios médicos, casi gratuitos, como los universitarios y de dispensarios. De Salubridad ni escribimos, por su carencia de equipo, medicamentos y, sobre todo, indisposición para el servicio.
Sin duda que este "Diálogo" incomodará a algunos, pero debemos hacer una seria reflexión sobre nuestro comportamiento filantrópico y reaccionar. ¿No le parece?