Finlandia es un país muy especial: situado en el extremo Norte del Mar Báltico, tiene inviernos extremadamente duros, veranos de muy corta duración, y una de las tasas de alcoholismo más altas del mundo. Claro que con ese clima, y teniendo a Rusia de vecino, hay hartos pretextos para ahogar las penas en vodka.
Asimismo, Finlandia es uno de los pocos países de aquel continente cuyos habitantes no hablan un idioma indoeuropeo. En efecto, el finés pertenece a un tronco lingüístico totalmente diferente que el de las lenguas romances, germánicas o eslavas.
Y Finlandia tradicionalmente tiene algunos de los índices de desarrollo humano e innovación tecnológica más adelantados. No por nada es la cuna del teléfono celular, entre otras chunches que se han vuelto casi imprescindibles en el mundo actual.
Por ello sorprende que la oficina nacional de turismo de Finlandia promueva y se vanaglorie, como parte del atractivo del país, que éste es la sede de algunos de los concursos más ridículos o absurdos del mundo.
Y efectivamente: quizá por exceso de imaginación, que ha de trabajar horas extra durante esos largos inviernos; o porque hay que sacarle todo el jugo posible a los brevísimos veranos, el caso es que los fineses han creado una enorme cantidad de concursos y competencias que bordean lo estúpido. Algunos empezaron como eventos locales o regionales, pero gracias a la comunicación global se han convertido en auténticos acontecimientos internacionales.
Así, el pueblo de Sonkajärvi realiza, desde hace ya varios años, el Campeonato Mundial de Cargar Esposas. El chiste es sortear un campo de más de 250 metros, lleno de obstáculos, cargando con una fémina. Hasta eso, no tiene que ser la propia cónyuge: puede ser del vecino o, como dicen las reglas, "alguien que has encontrado en otra parte". El premio, lo que sea de cada quién, vale la pena: el ganador se lleva tanta cerveza como el peso de la mujer que cargó.
En otro pueblo, llamado Punkaharju, se lleva a cabo el Campeonato Mundial de Lanzamiento de Teléfono Celular. Es una buena manera de desfogar las frustraciones provocadas por esos enojosos adminículos. No, el premio para el ganador NO es un celular nuevo.
Existen también pruebas de resistencia, como sentarse en un hormiguero con el trasero desnudo, o aguantar en un baño sauna a más de cien grados centígrados. Como se puede ver, algunas competencias requieren que los concursantes no estén muy bien de la cabeza.
Total, que esa es la imagen que al mundo quiere proyectar la oficina de turismo de Finlandia. ¿Y saben qué? Ya me dieron ganas de visitar ese país. En verano, eso sí.
