Resultados. Debido a los malos resultados el año pasado, el mercado de derivados está olvidado.
MÉXICO, DF.- A un año de la debacle de los derivados, la "satanización" que se hizo de estos instrumentos alejó a muchos corporativos de su utilización, sobre todo a los que resultaron afectados, cuando podrían rescatar las enseñanzas de aquel hecho, explicó KPGM.
En algunos casos la decisión es reacción autoimpuesta, y en otros obligada por los acreedores bancarios como prerrequisito para negociar, o simplemente las líneas de riesgo contraparte se cerraron, indica un análisis de la consultora.
El socio de Administración de Riesgos Financieros, dentro de la Práctica de Asesoría en Riesgo de KPMG en México, Nicolás Olea Zazueta, advirtió que con la suspensión de la celebración de cualquier tipo o de ciertos derivados, los corporativos enfrentarán el efecto "péndulo".
No hacer nada es una manera de especular porque, contrario a enviar un mensaje de prudencia a los mercados, denotan disposición a navegar como entidad con un nivel de exposición al riesgo en un océano de alta volatilidad (olas altas de aparición frecuente), que no son controladas y pueden volver a dañar a la organización.
El especialista destacó que el uso prudente de los derivados consiste en mitigar la volatilidad de variables financieras exógenas en los resultados financieros. "Desafortunadamente, tuvieron precisamente el efecto contrario".
A pesar de los daños que causaron en muchos corporativos, el socio de la empresa de consultoría KPMG resaltó que los derivados son los instrumentos más eficientes para transformar el perfil de riesgo financiero de una entidad.
Confió que volverá a surgir un uso prudente de los derivados, bajo un marco prudencial de Gobierno corporativo más adecuado, ya que la debacle ocurrida hace un año dejó varias enseñanzas que pueden rescatarse.
