‘SÓLO LUCRAN CON CARRERAS DEPORTIVAS’
Comunico a las autoridades deportivas municipales que auditen las carreras atléticas-deportivas ya que muestro mi inconformidad pues por un evento a finales de año efectuaron una carrera donde cobran la inscripción y al momento de pagarla considero que nos hacemos acreedores a un servicio prestado por la
organización, pero en el trayecto de la carrera no cumplen lo que ofrecen.
Vialidad no estaba completa en todo el trayecto, tiene uno que andar esquivando los carros, abastecimientos de agua tampoco, sólo bolsas de agua hechas por ellos mismos con sabor a arena, kit
de recuperación no lo entregaron, no respetan el horario de la salida programada.
Se sugiere que auditen todas estas carreras ya que lo que se viene viendo es que únicamente lucran y con relación a los atletas no cuentan con ningún respaldo; sería bueno que echen un vistazo a esto.
Y las autoridades supervisen esto ya que cualquier persona con algo de capital organiza cualquier carrera y sacan ganancias más del 100% a costa de los atletas donde estos atletas no cuentan con ningún tipo de respaldo con lo que aportan.
González Saldaña,
Torreón, Coahuila.
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‘MUERTOS DE MIEDO’
Miedo es una palabra que identifico como parte de una trilogía (temor, miedo, pavor) así; evitar sinonimias, temor, inquietud de leve intensidad que nace de una realidad futura. ¡Si enfermo! ¡Si muero Miedo: inquietud moderada que tiene origen en un pasado, se manifiesta con expresiones preocupantes:
¡Si me descubren!, ¡si me atrapan!, ¡si repruebo!, ¡sí quiebro! Esto sucede cuando se ha actuado con malicia, alevosía y ventaja. o, bien; cuando se reta a la adversidad sin estar preparado o en época de crisis, ejemplo: iniciar un negocio sin aval o soporte alguno.
Pavor: inquietud extrema, que se manifiesta con expresiones de pánico: ¡yo no fui!, ¡no me lleven!, ¡no puede ser!, ¡ayúdenme!, ¡perdón!
En la actualidad, “sin hacerla ni deberla”, las inquietudes han aumentado en todo ciudadano: ¡si pierdo
el empleo!, ¡si me roban!, ¡si me balean!, ¡si me secuestran!, ¡si me asaltan!, ¡si me levantan!, me indigna
que diga el presidente de la República que enfrentemos la crisis con calma: parece no conocer la realidad.
Muertos de miedo se han de poner los padres, esposas e hijos del hombre que llega a casa diciendo:
“me desocuparon, me golpearon, me robaron, estoy secuestrado”. Más aún, cuando se desconoce el paradero o se encuentra el cadáver. ¿Quién diablos va a tener miedo cuando se está blindado con cuerpos de seguridad y con miles de pesos en la bolsa?
Eduardo González Caldera,
Torreón, Coahuila.