¿La Política o la Ley?
Fueron ya nombrados por el Congreso del Estado de Durango, no por el pueblo, los suplentes a presidentes municipales del municipio de Victoria de Durango (que así se llama, ya que Durango es el estado todo) y de Gómez Palacio, bajo el amparo de una reforma al Artículo 52 del Municipio Libre, sin existir una modificación al Artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que establece que serán los suplentes de la planilla ganadora los que sucedan en el cargo cuando los titulares se ausenten por más de 15 días; chamba que ya agarró el PAN manifestando su desacuerdo y elevándolo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación por ser esta adecuación del 52 posterior a las fechas de la elección de los presidentes con permiso y sus verdaderos suplentes bajo el argumento de que ninguna Ley es retroactiva.
Sin embargo el Congreso dijo: voy derecho y no me quito, montándose en su macho y avalando a los que previamente palomearon los salientes. Sin embargo, aunque aquí se viola la Ley y una elección popular aún queda por ver si se sostendrán una vez que pasen los 90 días y llegue el 5 de abril, fecha en la que los actuales candidatos a diputados, (Herrera Caldera y Rebollo Mendoza) definitivamente queden fuera de ese cargo.
Los suplentes, cuyos nombres aparecieron en las boletas electorales y el pueblo cruzó, no han renunciado a su anhelo, ni están enfermos y gozan de cabal salud mental, argumento que sería el único justificante para con legalidad invalidarles su derecho. De ser así, habrá qué esperar la resolución de la Suprema Corte y entonces considerar la acción con todas las de la Ley y saber si se actuó con la maña de la Política o con la solvencia de la Ley.
Pero, mientras, nos tenemos que conformar con los presidentes que como la tenencia, llegan impuestos por un grupo que se hace llamar nuestros representantes y que al darles el voto de confianza pues simplemente ya se les olvidó y ahora, en lugar de proponer penas más severas para los deliencuentes, mejor se dedican a poner presidentes a espaldas del ciudadano que los tiene ahí gracias a su voto.
No cabe duda que la política es como una buena madre que consiente hasta al hijo más malcriado.
Estaremos atentos a estos nombramientos ya que si el Congreso dio su aval es por que los conoce, nosotros los iremos conociendo sobre la marcha a ver si al cabo del tiempo no decimos: “más valía malo por conocido que bueno por conocer”.
La moneda está en el aire, ojalá que los que quieren ser diputados para legislar, no tengan en su andar que violar la Ley.
Y luego andan preguntando que por qué no vamos a votar.
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Durango.