¡Qué alguien ayude a nuestro alcalde Mario Calderón C!
El dicho popular dice que mientras haya excusas se acabaron nuestras preocupaciones, la obra del puente sobre las vías del tren del bulevar Miguel Alemán, considerada como una obra urgente y de prioridad urbanística municipal se inicia cumpliendo con todos los requisitos de obra y se coordinan los involucrados para definir tiempos, responsabilidades y las aportaciones correspondientes.
En el proceso, las autoridades municipales de Urbanismo se dan cuenta que hubo fallas de planteamientos de vialidad y diseño. No importa, se hace otro proyecto, se hacen los ajustes necesarios, explicando a la ciudadanía bla, bla, bla.. y por lo tanto pensando siempre en el bienestar de la comunidad. El proceso requiere participación y sacrificio.
Se decide, no sabemos quién -bajo qué condiciones técnicas- un nuevo proyecto con una ampliación mocha. Al decir del Municipio, el costo de la obra es de 40 millones y será totalmente con argo a las participaciones federales que se reciben.
Tristemente esta obra está inconclusa (20 meses) sin fecha de terminación, se pasan de un lado a otro la responsabilidad, ya nadie es autoridad, no hay ningún reclamo por parte del Cabildo (formado por todos los partidos representativos), la comunidad está a la expectativay con miedo a reclamar, sólo la prensa enmarca la falla de los comprmisos y responsabilidades no cumplidas. La solución ir a México, no sabemos con quién, para asi después poder explicar y cumplir porteriormente con la ciudadania, a quien son los que hay que servir y que son los realmente afectados.
El buen funcionario planeador y ejecutor no funciona en Gómez Palacio, por lo que ya hemos visto, tenemos un mal, o mejor dicho un pésimo director de Urbanismo, que no toma en cuenta las necesidades reales, sin comprometerse, que sólo cumple con lo indicado de arriba sin dar su opinión técnica y profesional.
Un mal director de obra que no sabe respetar compromisos y fechas oficiales de terminación de obra, que no sabe dar seguimiento y solución a los problemas de construcción, siempre habrá una buena explicación -sobre todo porque sabe que no habrá quién reclame y el tiempo hace el olvido-.
Y un mal administrador de los dineros públicos, ya que en su tablero de ajedrez económico deja al último la palabra de la máxima autoridad municipal, las necesidades y los compromisos de la comunidad.
No se acuerda que cuando está firmando, firma a nombre del pueblo de Gómez Palacio, a quien debe servir y rendir cuentas.
En la obra pública pregunto, ¿qué no hay quién le ayude a nuestro alcalde?
Ramón I. González González,
Gómez Palacio, Durango.
