Las cifras dicen lo contrario
Lo dicho por el secretario de Gobernación, en el sentido de que en relación a la lucha contra el narcotráfico el presidente Felipe Calderón Hinojosa decidió sacar a México de una “zona de confort”, es una expresión digna de análisis.
Primera lectura, la declaración de Fernando Gómez Mont es la de reconocer que el enemigo a enfrentar es más letal y poderoso que antaño, porque se trata de una guerra internacional por el control del mercado de la droga que tiene lugar en suelo mexicano, como efecto nocivo de los procesos de globalización mundial que no hacen distingo entre el comercio legal y el ilícito.
Otra lectura obligada es que habiendo sido vislumbrada esta guerra contra el narco desde los días del relevo transexenal de Carlos Salinas a Ernesto Zedillo, los esfuerzos por depurar los cuerpos policiacos y coordinar los esfuerzos de los tres niveles de Gobierno en los temas de la seguridad pública y la procuración de justicia, se han visto frustrados por el empeño de la Oposición priista, que cifra su regreso al poder en el fracaso del Gobierno en turno al costo que fuere.
Cabe mencionar lo siguiente: México enfrenta en 2009 el recrudecimiento de la violencia ligada al narcotráfico. Desde que el Gobierno de Calderón decidió lanzar una guerra sin cuartel al narcotráfico, la proliferación de secuestros y asesinatos ha convertido al país en escenario que algunos ya tachan de apocalíptico. La guerra contra los cárteles tal vez sea inevitable, pero jamás podrá ganarse mientras exista una demanda de drogas tan amplia -principalmente en los países desarrollados- y mientras Estados Unidos permita la libre compra de armas. Ni siquiera con la ayuda millonaria de nuestros vecinos del Norte y la esperada depuración y profesionalización de nuestros cuerpos de seguridad, podrá avanzarse si no se cuenta con una estrategia global, porque es un proceso de globalización mundial.
En segundo lugar, si bien es cierto que el PRI cifra su regreso al poder, por los yerros y pifias que ha cometido el Gobierno panista en turno, también es cierto que no al costo que fuere.
Durante el sexenio de Salinas, cada día eran detenidas 28 personas. Con Zedillo, 22, y con Fox, la cifra cayó a 15.
La Administración del presidente Vicente Fox captura menos narcos que las de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León.
La disminución de las detenciones en tiempos de Fox se debió al fracaso de la Administración en el combate al narcomenudeo.
Aunque en aquel entonces el Gobierno dijo que tuvo llenas las cárceles y que hizo detenciones espectaculares, los números dicen lo contrario.
El problema ha estado en el sistema de persecución.
La persecución penal está completamente en crisis porque no está logrando contener los mercados.
Ante una situación apocalíptica los mexicanos no nos podemos considerar en un estado de “confort” sino en un estado de zozobra e incertidumbre que no sabemos cuándo pueda terminar.
Fernando Castañeda Limones,
Torreón, Coahuila.
