Impotencia Mí decisión de escribir esta carta es para manifestar mi tristeza e impotencia ante haber sido objeto del robo de mi automóvil. A veces uno piensa que “a mí no me va a suceder”, pero chequen lo siguiente: después de realizar compras en un centro comercial de Gómez Palacio, Dgo., me percaté que mi auto no estaba donde lo había estacionado, en ese momento no lo podía creer, acudí en taxi a la estación de Policía donde me propusieron que lo iban a buscar, pero que pusiera mi denuncia en el Ministerio Público y demás y mi auto no aparece. Mi reproche es porque entré a la página de Internet, en la parte de transparencia de Gómez y veo con rabia que el subjefe de la Policía, Roberto Torres Salinas, es ¡Biólogo Marino!, cómo es posible que en estos tiempos en los que se han incrementado los robos y la delincuencia tengan a un Biólogo Marino, cuando la situación está tan delicada; es como si te fueran a operar de algo grave y lo hiciera un ¡abogado!; esto está fuera de toda lógica. La Policía entre otras cosas está para prevenir el delito, y por ende debe ser una persona que proponga estrategias mediante el conocimiento del tema. Por lo pronto yo ya perdí parte de mi patrimonio y de mis hijos, espero que a ustedes no les suceda, afortunadamente estoy vivo. Rubén Pruneda Andrade Gómez Palacio, Dgo. *** Normalidad Le podrán llamar cinismo, antes era “Surrealismo Mexicano”, hoy ya es normalidad, todo lo que está pasando en nuestro país es gracias a que a la gente en el poder le vale un cacahuate la nación y a final de cuentas todo es una descomposición que nos está llevando al barranco a todos. De lo anterior tienen también culpa todos y cada uno de los mantenidos legisladores guiados por personas que en primer lugar nadie votó por ellos y sólo están allí porque ellos mismos hacen las reformas para estar a vuelta y vuelta por las curules, y darse sus bonos de marcha, sin ver los verdaderos problemas y crear leyes que los resuelvan. Ahorita tenemos por aquí a uno que nos quiere ver la cara y está gastando el dinero en publicitarse con el pretexto de que va a dar un informe de su trabajo, pero en realidad todo mundo sabemos que tiene puesta la mira en el palacio de Matamoros y Galeana. Como ciudadanos no cantamos mal las rancheras, desde cosas pequeñas como sacar a nuestro “perrito” a la calle a pasear para que haga su necesidad en casa del vecino, juntarnos y tomar alcohol en las calles con la música a todo volumen, no se diga manejar alcoholizado, comprar cerveza los domingos aunque sea más cara, comprar piratería, tirar basura en la calle, traer vehículos sin placas o con calca de esa súper-potencia promotora de la fayuca (esos son los carros chocolates) llamada onappafa con complicidad de los más corruptos del país, es decir los aduanales y el temor de los gobiernos estatales y municipales de hacerles pagar el derecho de circular que todo mundo pagamos. A escala mayor tenemos el DVR, millones de pesos tirados a la basura y a las bolsas de alguien, además de las obras carísimas que hace el Municipio presupuestadas en una cantidad y terminadas en el doble del costo sin ninguna autoridad que los sancione, etc. En resumen pagamos a autoridades que hasta juran defender la constitución, leyes, reglamentos, etc., y en la práctica lo que hacen es servirse con la cuchara grande. Todo lo anterior más lo que se le pueda ocurrir a cada uno forma parte de la normalidad actual de nuestro pobre país. (carta resumida) Jesús Torreón, Coah.
