La crisis remodela el paisaje urbano
Un “miniejército” de gente hambrienta de limpia-parabrisas, vendedores de agua embotellada o de sabores en vasos de dudosa higiene mendiga en las calles de nuestra Comarca Lagunera, sin oportunidad de conseguir un trabajo de lo que sea. Por un lado, nuestro “glorioso” Gobierno Federal dice que no es para tanto, pero la realidad lo contradice. Para sobrevivir, muchos se inventan oficios infructuosos o tratan de vender lo que pueden... hasta el cuerpo; otros se niegan a robar, y a los más jóvenes no falta el que les dice: “póngase a vender droga”.
La nueva miseria se trasluce, por ejemplo, en la calle Francisco Villa esquina con bulevar Fundadores de Gómez Palacio, Durango, entre la colonia 5 de Mayo y colonia Brittingham, hace apenas unos meses sólo había un modesto vendedor de periódicos y en este momento ya hay cinco vendedores de fruta, cuatro limpiaparabrisas y un tragafuego, será moda o es la triste realidad de toda la Región Lagunera. Es ya una realidad la aparición de brigadas de mujeres y niños que venden tortillas y panes casa por casa o piden ayuda, y de padres de familia dedicados a levantar botes, cartón o cobre que venden para completar el gasto. O en las filas de desempleados que se forman desde muy temprana hora en los Servicios Estatales del Empleo de Gómez o Torreón para dejar vitae o a las afueras de las maquiladoras o para pedir en las Coordinaciones del Seguro Social la famosa hoja para retirar un adelanto de lo ahorrado del Afore.
El brebaje formado por la crisis económica mundial, el desplome de la industria maquiladora, el fracaso de las políticas antipobreza y el desempleo han mudado el aspecto de la ciudad. O amigos lectores, aún no se da cuenta el Gobierno de lo que está pasando.
La necesidad remodeló el paisaje urbano. O no se han dado cuenta del aumento del oficio de vender el cuerpo, la prostitución en su mayor auge, como nunca en nuestra Comarca.
Sergio Casas
Gómez Palacio, Durango.