“Antros” ruidosos en zonas residenciales
Es alarmante la cantidad de “antros” que han venido proliferando en nuestra ciudad y que ahora se establecen en zonas o en colonias residenciales, ocasionando infinidad de molestias a las personas que tienen la desventura de quedar como sus vecinos.
Al parecer hay grupos de personas influyentes o poderosas detrás del establecimiento de este tipo de negocios, que sin consideración alguna utilizan poderosos y ruidosos aparatos de sonido operando diariamente al máximo volumen que producen, desde las 7:00 pm hasta altas horas de la noche, impidiéndole a sus vecinos el descanso al cual tienen derecho como cualquier otro ciudadano.
Tal es el caso de los vecinos de la colonia Navarro, que hemos venido quejándonos de esta situación desde enero, por un “antro” situado atrás de la Oficina de Recaudación de Rentas del Estado, en calzada Abastos y boulevard Ávila Camacho, y aunque la entrada al “antro” citado está por la calzada Abastos, el equipo de sonido está ubicado en la parte posterior del local, al aire libre, por lo que el ruido ensordecedor se transmite a todas las casas vecinas, que son residenciales, conforme al tipo de uso de suelo establecido para esa colonia, anteriormente pacífica y tranquila. Hasta la fecha lo único que hemos logrado es que las autoridades municipales de Protección al Ambiente hayan ido a medir el nivel de ruido, el cual registró 78 decibeles, cuando que el máximo permitido es de 45 decibeles.
Otro caso es el que se da en la llamada Zona Rosa, alrededor de la Alameda, pues existen numerosos “antros” colindando con casas residenciales, operando en similares condiciones; ejemplos de los más ruidosos de ellos son: el ubicado sobre la calle García Carrillo entre Morelos y Juárez, y otro más sobre la calle Donato Guerra entre Matamoros y Morelos. En contraste con lo expuesto vimos que esas mismas autoridades procedieron de inmediato a cerrar el taller del artista Rogelio Madero, quien laboraba exclusivamente de día, cuando el ruido no es ni tan intenso ni tan perjudicial como el nocturno de esos “antros”.
Pareciera que no tenemos autoridades municipales que hagan respetar los reglamentos y las normas vigentes, dejando a los ciudadanos que sean agredidos en la “tranquilidad” de sus domicilios, por la ambición desmedida de unos cuantos influyentes y poderosos.
Una vez más hacemos un llamado a dichas autoridades municipales para que cumplan con las funciones que les corresponden y obligan, en atención a quienes con nuestros impuestos pagamos los sueldos que tienen asignados.
Vecinos desvelados e inconformes
