¿Más gasto para Educación?
Todos aceptamos que se gaste en educación. Pero un país amolado no puede darse el lujo de dilapidar en aras de que se está educando, y tan mal por cierto.
El presupuesto de 9 mil millones de pesos que se ejercen por año para las universidades públicas es una cifra incomprensible para el común de los mortales, pero traducida a nivel pueblo, nuestra nación tiene una población universitaria pública de menos de un millón de estudiantes y haciendo una aritmética de cuarto año nos toca que nos chutamos setenta y nueve mil pesillos por estudiante por año, o sea seis mil quinientos pesillos por alumno por mes.
¿Y qué obtienen las familias y la nación a cambio?, pues que el 85 por ciento promedio de los estudiantes no termina y el setenta y tantos por ciento de los que terminaron no ejerce sencillamente porque no encuentra trabajo de lo que estudiaron.
Y los pocos que ejercen, reciben una calificación comparativa con otras naciones muy deficiente, así que es muy cuestionable si este aparato, -por cierto, gran logro de la Revolución- cumple con las expectativas de la nación o bien es un pozo sin fondo como la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.
Suena a chantaje el compromiso de rectores y directores de contribuir a mantener la gobernabilidad con diversas acciones y que se les otorgue otros catorce mil milloncillos para seguir obteniendo lo mismo.
Bueno sería que el Gobierno y las Cámaras con verdadero patriotismo y responsabilidad social llevasen a cabo una cruzada para eficientar este sector con acciones de aplomo, valentía y heroísmo como la que acabamos de ver de nuestro presidente y también de nuestros diputados y senadores en que aplicaron a uno de los sindicatos más anquilosados del sistema y que ostentaba una extraordinaria desvergüenza.
Acciones como ésta nos vuelve la esperanza al corazón a millones de mexicanos.
Ojalá pues, también le llegue su turno a la educación, que dados los resultados,el costo de seis mil quinientos pesos mensuales de colegiatura que paga la nación por cada universitario, resulta carísimo.
A. P. Salas.
Torreón, Coahuila.