La familia Santos Laguna
A pesar de existir un abismo de diferencia entre los integrantes de esta familia, pues varios miles no saben qué van a comer en la noche y otros buscan afanosamente en qué lugar los colocaron las revistas Forbes o Expansión.
Mientras otros miembros pregonan a los cuatro vientos que lo creado fue obra suya, no dándoles vergüenza mostrar la casa en ruinas, pudiéndola mejorar si hubieran invertido lo gastado en publicidad por lo menos como “antes” se hacía cuando nos visitaba el máximo jefe de Estado.
Por el cual se pavimentaban, arreglaban, pintaban y barrían las calles, jardines, camellones y banquetas por donde pasaba, dándose una falsa imagen de prosperidad, pero como definitivamente hoy “hicimos lo que nunca en la historia”, no nos cohibimos que personalidades mundialmente conocidas se llevaran en sus pupilas la realidad de nuestro hogar, esperando que hayan jugado a la “gallinita ciega” desde su hotel y abrieran los ojos hasta encontrarse cómodamente sentados en los costosos palcos de nuestros hermanos y atestiguaran que como hermosa familia disfuncional nos juntamos para celebrar.
Acostumbramos reprobar a nuestras autoridades aún estando éstas presentes y recordamos con mayor nostalgia y cariño al hijo que no pudo asistir por diferencias con sus hermanos dueños de la casa, pero a pesar de todo, a pesar del estatus social de cada uno de los integrantes y de sus diversas creencias políticas, morales y religiosas, no se nos olvida que nacimos hace veintiséis años en la completa carestía, gracias a Dios y a un matrimonio de una pequeña afición y su equipo, pasando durante este tiempo penurias de todo tipo.
Pero a la vez gozando al máximo cada minuto de existencia, multiplicándose cada día sus hijos por el mundo, los cuales sabemos sin importar en dónde nos encontremos, que nos unen unos colores y pertenecemos a un mismo tronco, que cada uno con nuestro esfuerzo, oraciones, lágrimas, alegarías y recursos, en mayor o menor medida, hemos logrado que nuestra familia sea reconocida y trascienda, llevando con orgullo nuestros apellidos, pues somos la familia Santos Laguna.
Juan Andrés Sagui de la Fuente,
Torreón, Coahuila.
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Vergüenza, ética o dignidad
Para algunos panistas que colaboran en la actual Administracion municipal, encabezada por el licenciado José Ángel Pérez y que está a punto de finalizar, parece que las palabras ética y dignidad o simplemente vergüenza no existen para ellos y mucho menos las aplican en su vida diaria.
Después de tan mal papel que hace esta Administracion donde ellos colaboran, malos manejos que han salido a la luz pública, prepotencia a otros empleados municipales y un sinfín de males.
Ahora sin vergüenza, sin ética o dignidad, buscan sindicalizarse, pretendiendo evitar su despido, seguir cobrando en la nómina municipal y con ello seguir sangrando al maltrecho municipio.
Por favor señores y señoras panistas retírense con dignidad. Si es que les queda algo.
Rodolfo Alvarado,
Torreón, Coahuila.
