El Premio Nobel se desacredita
La nota negativa más resonante del año 2009, la dio indudablemente la Fundación_Nobel, al otorgarle al presidente Obama de los Estados Unidos el Premio Nobel de la Paz.
A todas luces hubo intereses políticos por parte de la mencionada organización para otorgar el premio a quien dirige el país más belicoso sobre la Tierra.
Me pregunto cuáles fueron los méritos del señor Obama para alcanzar el Nobel de la Paz.
Prometió desaparecer el penal que tienen los Estados Unidos en Guantánamo, Cuba, y no lo hizo.
Argumetó que iba a retirar las fuerzas militares en_Irak y Afganistán e hizo lo contrario, acaba de enviar treinta mil efectivos más para reforzar la ocupación militar sobre esas naciones con el único objetivo de apoderarse de la producción petrolera de esas naciones ante la complacencia de organizaciones como la ONU.
Ante estos antecedentes, cómo es posible que haya sido objeto de un Premio Nobel de la Paz, sólo puedo concebirlo bajo componenedas de orden internacional, cosa que manda al cesto de los papales la credibilidad de la organización que fue fundada con las más nobles intenciones y para apoyar con financiamiento los descubrimientos científicos en busca de un mundo en armonía.
Por mi parte, les envío una atronadora protesta por un acto canallesco del Nobel de la Paz.
Miguel Ángel Morales.
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La dictadura de los 500
Parece imposible que quinientos sujetos, partidos e ideologías lograran ponerse de acuerdo en algo, lo más lamentable es que los vemos ponerse de acuerdo en la ideología común, el beneficio de su propia persona y amenazan con perpetuarse dizque por la experiencia acumulada y seguir jineteando el presupuesto con la famosa reelección.
Tradicionalmente los políticos venden la magia de las ilusiones y la esperanza, y como el burro atrás de la zanahoria, hacen caminar a la sociedad.
Con esta nueva puñalada al pueblo, atentan con matar la gallina porque se perderá lo que no debemos que es la esperanza y al caer en la desilusión se cae en la desesperanza y luego dan los manotazos de ahogado y de allí al estadillido social.
Aguas señores ambiciosos de “la Cueva de Alí Babá y los quinientos legisladores”.
Una reelección de sujetos cuya única habilidad es negociar sus propios intereses y ponerse de acuerdo en el reparto del botín.
Nunca será sano para una democracia esta situación, ya la vivimos a finales del siglo diecinueve con la sociedad de notables, encabezados por Don Porfirio.
Así pues, mucho cuidado señores legisladores.
Arturo P. Salas Juárez.