La celebración del Día de Muertos atrae a cientos de familias a los panteones, que acuden a visitar y llevar flores, música y comida a sus difuntos. Sin embargo, en medio de esta tradición pasa desapercibida y queda en el olvido la fosa común, donde son sepultados los restos de las víctimas del narco y la delincuencia que nadie reclama.
"De estas personas nadie se acuerda y nadie viene a dejar un arreglo floral, un globo o una veladora", explica Héctor Gaucín, administrador desde hace 23 años del Panteón Municipal de Nuevo Laredo, creado en 1880.
Dice que debido a la violencia, cada año se entierran medio centenar de cuerpos en la fosa común, en ataúdes baratos que son donados por el Municipio. "En estos casos no hay cortejos fúnebres ni nadie que llore o lleve flores a los difuntos".
A esas personas nadie las reclama, porque no son de la ciudad y por eso acaban en la fosa común. Aquí yacen cientos de cuerpos que nunca fueron identificados, señala el funcionario.
MUCHOS EJECUTADOS SIN ROSTRO
La narcoguerra, que en el presente año ha dejado más de seis mil 220 víctimas en todo el país, y que ha sembrado el terror entre la población nacional, ha propiciado que un gran número de personas ejecutadas acaben en las tumbas comunes, al no ser identificados por sus familiares o amigos.
Al respecto, voceros de la Subprocuraduría de Justicia de Chihuahua dijeron que para dar cumplimiento a la Ley y una sepultura digna a los cadáveres no reclamados que se encuentran en resguardo del Servicio Médico Forense, la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses de la Procuraduría General de Justicia local realiza un trabajo de clasificación de los cuerpos, para que sean inhumados.En Ciudad Juárez los cuerpos no reclamados son enterrados en fosas individuales en el Panteón Municipal San Rafael.