Uno de los países más fracasados del mundo es también uno de los más extraños y paradójicos. Y no, no me refiero a México, sino a Corea del Norte. Esa porción boreal de la península situada como puente y trampolín entre China y Japón (¡Bonito vecindario!) cuenta con una población que recurre a las hierbas del campo para alimentarse y sobrevivir, y al mismo tiempo sostiene un programa nuclear costosísimo y que a la población le sirve para maldita la cosa. En la última década y media ha muerto de hambre un millón de personas, pero mantiene en pie de guerra al quinto ejército con más efectivos del mundo (más de un millón cien mil hombres)
El caso es que ese estado paria se entretiene horrores haciendo sudar a su vecindario, fundamentalmente los muy capitalistas y prósperos Corea del Sur y Japón; y haciendo promesas para recibir ayuda, para luego romperlas por quítame acá estas pajas. Todo el mundo sabe que un acuerdo firmado por Corea del Norte no vale ni el papel en el que está escrito.
Como ese estado rufianesco hace lo que le da la gana, y desafía a la ONU, a Estados Unidos y hasta al Manchester United, cuando amenaza con llevar a cabo alguna acción provocadora a todo el mundo (pero especialmente a sus vecinos) se le pone la carne de gallina. No hay bravuconada que esos loquitos no sean capaces de llevar a cabo.
Hace poco, Norcorea anunció que lanzaría al espacio un satélite artificial. Por supuesto, se duda que tenga la tecnología para fabricar y hacer funcionar un artefacto de ese tipo. Lo que resulta claro como el agua (siempre que no sea la del bulevar Constitución) es que esa misión es, en realidad, para probar un misil de largo alcance, capaz de llevar cargas convencionales o quizá nucleares a lugares tan lejanos como Alaska y Hawaii
Por ello, Japón decidió tomar el toro por los cuernos, y apelando a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, anunció que si Corea del Norte lanza ese cohete, las defensas japonesas responderán derribándolo. Y claro, nadie sabe cómo responderán en ese caso los orates de Pyongyang. Para efectos prácticos, esa región del mundo puede hallarse al borde de la guerra en muy poco tiempo.
¿Qué pasará? ¿Procederá Norcorea con su lanzamiento? ¿Japón derribará el misil a la mera hora? La verdad, las cosas se pueden poner muy, pero muy feas. Estén pendientes del próximo episodio de esta película de terror... y del absurdo.
