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PITTSBURGH, EU.- El Grupo de los 20 (G-20) acordó ayer acciones para alentar un crecimiento sostenido de la economía global que reactive la creación de empleos, así como impulsar una reforma del sistema financiero que evite los abusos que causaron la crisis.
"Después de esta crisis, actores críticos necesitan estar en la mesa de negociaciones y contribuir en nuestras instituciones para sentar las bases para un crecimiento fuerte, sostenido y balanceado", indicó el grupo en un comunicado conjunto de 23 páginas.
Al término de una reunión de dos días en Pittsburgh, el G-20 (que reúne a países industrializados y emergentes) consideró que la reforma de la arquitectura financiera global es necesaria además para hacer frente a las necesidades del siglo XXI.
El grupo, que representa al 85 por ciento de la economía del mundo, ofreció también evitar las "burbujas desestabilizadoras", adoptando políticas macroeconómicas consistentes con la estabilidad de precios a fin de promover "una demanda global adecuada y balanceada".
Se comprometieron además a continuar los esfuerzos para ampliar la voz y representación de las naciones en desarrollo en el Fondo Monetario Internacional (FMI), por lo menos en 5.0 por ciento de las cuotas actuales. Ofrecieron impulsar una reforma similar en el Banco Mundial y, con ello, "beneficiar a los países subrepresentados" en ese organismo.
Asimismo, los miembros del G-20 anunciaron la aportación de 500 mil millones de dólares para ampliar la capacidad de préstamo del FMI.
Con el fin de reducir la dependencia del petróleo, el grupo se comprometió a "reducir y racionalizar" en el mediano plazo los "ineficientes" subsidios a combustibles fósiles, brindando a la vez asistencia a las naciones que dependen de estas importaciones.
El grupo prometió además combatir las prácticas proteccionistas y aseguró que trabajará para concluir el año próximo las negociaciones de la Ronda de Doha para la liberalización del comercio.
El G-20 se pronunció en términos similares al comprometerse en la búsqueda de un acuerdo en la próxima reunión sobre el cambio climático en Copenhague, Dinamarca.
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GINEBRA, SUIZA. -La actual pandemia de influenza humana "durará cuando menos dos años y no unos cuantos meses", con un mayor impacto en los países en desarrollo, estimó ayer el coordinador de Naciones Unidas para Influenza y Respuesta Pandémica, David Nabarro.
"Lo primero que tendremos que hacer será limitar la mortalidad asociada con esta gripe en los países que más lo necesitan", indicó Nabarro, quien reveló que expertos han establecido ya los principios básicos y pautas a seguir para trabajar con los países más pobres.
"Debemos estar vigilantes porque la experiencia nos dice que un virus con las características del A H1N1 podría mutar y volverse más virulento", alertó el funcionario de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en declaraciones a la prensa.
El experto consideró que se necesitarán más de mil 400 millones de dólares para apoyar a los sistemas de salud de las naciones en desarrollo para que puedan hacer frente a las demandas de esta enfermedad.
Nabarro indicó que esperan obtener 300 millones de vacunas contra la influenza humana, las cuales se repartirán de manera equitativa entre 90 países en desarrollo.
El criterio para repartir la vacuna dependerá de la evolución y el comportamiento de la pandemia y a qué naciones esté afectando con mayor severidad. Nabarro enfatizó que se pondrá especial cuidado para que se distribuya de manera justa.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó ayer que hasta el momento se han registrado tres mil 917 muertes por influenza humana y 318 mil 925 personas están contagiadas por el virus A H1N1.
En América, la OMS reportó dos mil 948 fallecimientos (323 más que la semana pasada) y 130 mil 448 infectados (seis mil 322 más).
En Europa se calcularon al menos 53 mil personas contagiadas (mil más que en la última semana) y unos 154 fallecidos (alrededor de 14 más que el reporte anterior).
El organismo explicó que la cifra con respecto a Europa no es muy exacta "debido a la decisión de algunos países de realizar estimaciones sobre el número de infectados en lugar de cuantificarlos".