Los 'cementeros', que ligaron su tercer triunfo, segundo como visitantes, se consolidaron en el liderato del Grupo Tres con 15 unidades. (Jam Media)
Guadalajara, Jal.- Hay noches en que es mejor no darse una vuelta por el estadio. La de ayer era una de esas. No por los rivales, que lucían atractivos. Atlas y Cruz Azul, al menos se veía garantía de goles. Y aunque al final, cuando el tiempo se agotaba, Mario Ortiz le dio el triunfo a Cementeros (0-1), el tercero al hilo, de la jornada seis a la ocho, ante Morelia, Indios y ahora Atlas, que no gana desde la fecha tres, en uno de esos partidos que se olvidarán con un tequila y dos cervezas.
La gente del Jalisco lo intuía, quizá por eso la pobre entrada en el inmueble de la avenida Independencia. El choque resultó un atorón. Un nudo pasado por medio campo sin genios para el desamarre y demasiados hombres corriendo por la cintura con el músculo como principal motor.
Pero el control de los técnicos sobre los jugadores no puede acompañarlos en cada jugada sobre la cancha. Por eso, el berrinche de Ricardo La Volpe ante la expulsión de Jorge Torres. No fue para menos. Que el 8 de los Zorros se tirara un clavado ante una supuesta falta de Rogelio Chávez en una esquina del área cementera, eso no se lo tragó nadie en el estadio, y por supuesto, menos el árbitro Genaro Medrano, quien de inmediato le sacó la segunda amarilla, misma que le valió la expulsión en plena agonía de los primeros 45 minutos.
Cruz Azul permaneció a raya, sin la pegada que prometían Emanuel Villa y Alejandro Vela, retirado este último para probar fortuna con Mario Ortiz, que al final de cuentas fue el anotador del único gol.