El gobierno del estado gastó mil 602 millones de pesos en la compra de un polígono de 933 hectáreas, donde pretendía la construcción de la refinería Bicentenario, que fue asignada a Tula, Hidalgo, reveló el secretario de Desarrollo Económico Sustentable (SDES), Héctor López Santillana.
El funcionario divulgó la información clasificada en reserva por cinco años sobre las tierras que se ofrecieron a Petróleos Mexicanos (Pemex), y admitió que no existió la empresa "Cereales y Pastas Finas" que supuestamente negoció con los ejidatarios la compra de los terrenos.
La administración del gobernador Juan Manuel Oliva asignó la denominación de Cereales y Pastas Finas a un código de estrategia de comercialización, señaló López Santillana.
Antes había asegurado que la empresa negociadora de los predios estaba legalmente constituida.
Tras las quejas de campesinos de tres municipios que "fueron engañados" para que vendieran sus tierras al gobierno y de que el sector empresarial había anunciado que investigaría los objetivos, estatutos y el acta constitutiva de Cereales y Pastas Finas, el funcionario aseguró que el proceso fue abierto.
López Santillana adelantó algunos aspectos relacionados con los procesos de compra-venta, entre estos que contrataron a dos particulares para que negociaran con 191 ejidatarios de los municipios de Santa Cruz de Juventino Rosas, Irapuato y Salamanca.
"Se diseñó una estrategia donde se ocupan a estas dos empresas del municipio de Irapuato, para hacer la compra, negociadores privados negociando clara y abiertamente ante los ejidatarios siempre se les informó que el uso era para un uso industrial con mucha precisión y para evitar cualquier fuga de información que pudiera afectarnos a todos los proyectos de inversión les ponemos un nombre y código, a este código decidió nombrársele Cereales y Pastas finas y punto".
