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Gélido spring break

Jaque mate

SERGIO SARMIENTO

"Los tiempos no se han vuelto más violentos. Se han vuelto más televisados."

Marilyn Manson

ENSENADA, BC.- Es noche de sábado de spring break, pero las calles de la zona turística de Ensenada se encuentran inusitadamente vacías. Los pocos que recorren la avenida López Mateos en busca de un antro son jóvenes ensenadenses y no spring-breakers. Varios factores se han combinado para hacer de éste un pésimo spring break, la temporada turística para jóvenes muy cuestionada por los moralistas, pero que ha sido tradicionalmente un alivio para la industria turística de Baja California.

La recesión en Estados Unidos ha afectado sin duda los planes de viaje de muchos. Las largas colas en el viaje de regreso a la Unión Americana son también un factor cada vez más negativo en los planes de viaje por tierra a México. Pero la amplia cobertura en los medios de comunicación de Estados Unidos sobre los constantes hechos de violencia en Baja California ha sido la puntilla en lo que bien puede ser uno de los peores años en el turismo de la región, a pesar de que la devaluación del peso ha hecho atractivo el destino.

Baja California ha sido tradicionalmente una región afortunada por la diversificación de su economía. Cuando la actividad industrial, principalmente maquiladora, cae por cualquier razón, el turismo está ahí para levantar los ingresos. El surgimiento de nuevas actividades, como la pujante industria vitivinícola del Valle de Guadalupe, ha servido para sacar adelante a un estado que, a pesar de todas sus dificultades, tuvo por años una de las tasas de desempleo más bajas del país.

Hoy, sin embargo, todo parece estarse cayendo al mismo tiempo. La severa recesión en los Estados Unidos ha traído consigo un desplome de la industria manufacturera de exportación, a pesar de que la abrupta devaluación del peso está generando más pesos por cada dólar exportado. La baja en la afluencia turística está golpeando los destinos de descanso y entretenimiento, como Rosarito y Ensenada. Las dificultades financieras de los grandes proyectos de apartamentos y casas de descanso frente al mar, como un desarrollo de 525 suites de lujo que acaba de abandonar el magnate Donald Trump en Rosarito, han hecho que se desmorone también la industria de la construcción. La caída en la demanda de transporte marítimo entre Asia y Norteamérica, junto a la escasez de crédito, han provocado la suspensión del proyecto de Punta Colonet, un puerto industrial 150 kilómetros al sur del puerto de Ensenada que habría sido la inversión en infraestructura más importante del sexenio de Felipe Calderón.

Las balaceras y las ejecuciones han ahuyentado a los turistas, incluso a los más jóvenes que encuentran en México una ventaja competitiva imbatible: la edad para beber alcohol es de 18 años contra los 21 que prevalecen en Estados Unidos. Sin embargo, para muchos bajacalifornianos la verdadera amenaza de seguridad son los secuestros. Casi ninguna familia de clase media para arriba puede vanagloriarse de no haber sufrido un secuestro cercano. Miles de bajacalifornianos han optado por establecerse en San Diego, o por invertir en Estados Unidos el poco o mucho capital que tienen, lo cual reduce también la actividad económica en la punta noroeste del territorio mexicano.

Ni siquiera las actividades alternas, que han dado nueva prosperidad a la entidad en los últimos años, se están salvando. Un exceso de explotación del acuífero del agua en el Valle de Guadalupe está poniendo en riesgo la producción vitivinícola e incluso la provisión de agua de la ciudad. La acuacultura, por ejemplo de atún, se enfrenta a un sinnúmero de obstáculos burocráticos, mientras que en Chile, me dice un empresario del ramo, el impulso que se le está dando a esta actividad está haciendo que sea más rentable simplemente traer producto del exterior que generarlo en Ensenada. Baja California sigue teniendo una tasa de desempleo inferior a la del resto del país. Mientras que en enero de 2009 el INEGI registraba una desocupación abierta para todo México de 5 por ciento, en el cuatro trimestre de 2008 la cifra para Baja California era de 4.36 por ciento. El problema es que este nivel era más del doble que el de 2.07 por ciento del mismo período de 2007. En el DF, en contraste, se registró un ligerísimo descenso, pero descenso al fin, de 5.83 a 5.82 entre el último trimestre de '07 y '08.

Baja California, durante mucho tiempo una de las entidades más dinámicas del país, tiene por supuesto suficiente capacidad para salir adelante. Pero para eso requiere de un esfuerzo concertado muy intenso. La violencia y los secuestros deben ser detenidos de inmediato, mientras que los obstáculos a la inversión productiva, como los que afectan a la acuacultura, deben eliminarse. La devaluación del peso puede generar nuevas inversiones, pero nada podrá funcionar si los bajacalifornianos no recuperan la tranquilidad.

El Gobierno de Marcelo Ebrard en el Distrito Federal gastará 180 millones de pesos del dinero de los contribuyentes para construir nuevas ciclovías. Mientras tanto, la pista para bicicletas construida en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador a lo largo del Periférico poniente permanece abandonada. Parece que a los políticos les urge gastar dinero, aunque no tenga un objetivo sensato.

www.sergiosarmiento.com

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