"Aun las acusaciones dudosas dejan una mancha."
Thomas Fuller
ACAPULCO.- Germán Martínez Cázares, el presidente del PAN, llegó a la Convención Bancaria este 19 de marzo con una clara táctica: atacar al PRI y a su presidenta, Beatriz Paredes, por el tema de inseguridad y narcotráfico. Quizá lo que vimos ayer en Acapulco se convierta en la estrategia de toda la campaña.
La ofensiva comenzó típicamente: "Le tengo el mayor de los respetos
Martínez Cázares cuestionó la decisión de los legisladores del PRI de no aprobar, en los términos del presidente, las iniciativas de extinción de dominio, que permite la confiscación de propiedades de personas acusadas de vínculos con el negocio de la droga, y de narcomenudeo. Pero fue más allá y sugirió que la resistencia del PRI oculta intereses inconfesables: "O [el PRI] está del lado del presidente Calderón -afirmó- o, según lo que publicó un diario de circulación nacional, está del lado de personas que tienen vínculos, según la DEA, con el Cártel de Juárez."
El presidente del PAN continuó: "El virtual candidato a diputado federal por el PRI en el segundo distrito de Ciudad Juárez
La estrategia de Martínez Cázares tiene una clara lógica política. El dirigente panista ha decidido centrar sus acusaciones en un solo objetivo: el PRI, que se encuentra en primer lugar en las encuestas electorales. Lo hizo ayer con una acusación aparentemente concreta, con nombre y apellido, respaldada por "fuentes" supuestamente sólidas, la DEA y "un periódico de circulación nacional". A Jesús Ortega, el dirigente nacional del PRD, optó por ignorarlo, ya que su partido se encuentra en un lejano tercer lugar en las encuestas. Poco le importó al panista que un candidato del PRD a una diputación federal, el ex presidente municipal de Ixtapaluca, Mario Moreno Conrado, esté arraigado por la PGR por supuestos lazos con secuestradores.
La acusación del panista tomó a Beatriz Paredes, aparentemente, por sorpresa. Javier Beristáin, el moderador, le permitió dar respuesta en un tiempo que no estaba programado. La presidenta del PRI deploró "este espectáculo que, lamentablemente, estamos protagonizando". Citó una larga lista de iniciativas del presidente Calderón en materia de seguridad aprobadas por los legisladores del PRI y añadió que los cuestionamientos a las iniciativas sobre extinción de dominio y narcomenudeo tienen que ver con posibles violaciones a las garantías individuales.
Los legisladores del PRI, dijo, quieren garantizar el derecho de audiencia y poner la carga de la prueba en el Ministerio Público y no en el acusado. Acusó a Martínez de mostrar "actitudes de provocación" y añadió: "Nos parece dramático que en un problema tan serio, tan trascendente para la sociedad mexicana, se quiera sacar raja para el tema electoral."
En lo que concierne a la acusación contra el virtual candidato en Ciudad Juárez, señaló que donde haya pruebas deben actuar las autoridades. (El propio Héctor Murguía ha señalado que la acusación del periódico Excélsior surge de una supuesta carta que se ha difundido por Internet y que la propia DEA ha desmentido como suya.)
"No vine a tratar un pleito personal -afirmó Martínez al cierre del debate-. Vine a pedir una definición. No vine a denostar a nadie. La política es contraste." Vine a pedir "definiciones claras".
La estrategia política del PAN es la que ha quedado clara. Como en la elección presidencial de 2006, Martínez ha empezado por seleccionar a un enemigo y a uno solo. Si en 2006 fue Andrés Manuel López Obrador, en este 2009 es el PRI. López Obrador era "un peligro para México"; hoy el PRI es el partido del narco. Poco importa si realmente hay pruebas o no en contra de Murguía o de cualquiera. De hecho, si hubiera pruebas, la PGR sería responsable de no haber presentado cargos en contra del ex edil de Juárez.
Un divertido Jesús Ortega -quien minutos antes me había dicho que está buscando construir un PRD positivo, que haga propuestas desde una izquierda moderna que se distinga de las tácticas destructivas que tenía Gerardo Fernández Noroña- simplemente fue testigo de la confrontación entre sus dos colegas. "Yo aprendí que atacar, hacer conflicto de todo, no ayuda al país -dijo-. No le entro al pleito. Ya aprendí."
La Secretaría de Hacienda informó ayer que la toma de una posición accionaria del Gobierno de Estados Unidos en Citigroup, y por lo tanto en Banamex, no viola la legislación mexicana a pesar de que el Artículo 13 de la Ley de Instituciones de Crédito establece: "No podrán participar de forma alguna en el capital social de las instituciones de banca múltiple personas morales extranjeras que ejerzan funciones de autoridad." Hacienda, empero, instó al Congreso a emitir legislación que defina las condiciones de excepción para enfrentar crisis financieras, lo cual quiere decir que tiene dudas sobre la claridad de las actuales leyes.