Mañana volverá el PRI al palacio de Gobierno de San Luis Potosí, cuando tome posesión de la gubernatura el doctor Fernando Toranzo, en reemplazo de su jefe y amigo, el panista Marcelo de los Santos. El priista potosino será el tercer titular del Ejecutivo local, de entre los seis elegidos el cinco de julio pasado, en asumir su cargo. Lo hicieron antes, el 13 de septiembre, Guillermo Padrés Elías, en Sonora, y en Campeche, el 15 siguiente, Fernando Ortega Bernés. Después de Toranzo el 26 de septiembre, tomará posesión José Eduardo Calzada, en Querétaro, el 1 de octubre; Rodrigo Medina en Nuevo León, el 4 de ese mes, mientras que Mario Anguiano, el nuevo gobernador de Colima esperará hasta el 1 de noviembre, al cabo de cuatro meses después de su elección.
El primero en comenzar su Gobierno fue Padrés Elías en Sonora. Apenas en las vísperas de su toma de posesión se resolvió formalmente su condición jurídica, pues el PRI y sus aliados, el Verde y el Panal impugnaron la elección por un grave error cometido por el comité de radiodifusión del IFE, que privó a esos partidos de mensajes durante un momento álgido de la campaña. Aunque la situación se corrigió, el PRI pretendió invalidar el triunfo del primer panista que llega al Gobierno sonorense. El tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió la cuestión apenas con tiempo para la asunción gubernamental.
Después de varias aproximaciones, finalmente el PAN logró la gubernatura sonorense. Contribuyó a ese resultado la afinidad ideológica del gobernador saliente, Eduardo Bours, formalmente priista, que aun de haberlo solicitado no tuvo el apoyo de su partido, distante como está de los mandos nacionales priistas. Especialmente sabida es su rivalidad con el senador Manlio Fabio Beltrones, ex gobernador de esa entidad que se abstuvo de asistir al relevo gubernamental. Asistió en cambio el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, que atestiguó el nombramiento del ex coordinador de los diputados federales panistas Héctor Larios Córdova, y a la ratificación de Abel Murrieta como procurador de justicia. Es probable que esta designación, desconcertante para los panistas y los ciudadanos que esperaban una alternancia muy marcada, se deba a su papel en los procedimientos penales relativos al crimen del cinco de junio, el asesinato de 49 personas de corta edad ocurrido en el incendio de la guardería ABC. Permaneciendo en su cargo asumirá una parte de la responsabilidad que cabe al Gobierno anterior, cuyo jefe se retira a sus engrosados negocios particulares aborrecido por las gallinas y picoteado por los gallos.
A diferencia de Sonora, en Campeche el 15 de septiembre el relevo fue terso, como corresponde a una sucesión entre miembros del mismo partido y del mismo grupo. El gobernador saliente Jorge Carlos Hurtado apoyó a quien ahora lo reemplaza. Su papel fue determinante para evitar que la influencia del Gobierno Federal impulsara hacia el Gobierno al candidato panista Mario Ávila Lizárraga. Además de otros apoyos que sin duda se consumaron, quedó constancia de que el Gobierno Federal por medio de sus agencias -la Lotería Nacional, por ejemplo, en actos que quedaron impunes- pagó propaganda electoral a favor del panista, aunque de ese lance se haya sabido por la renuencia de un periódico consciente de su responsabilidad social, el Diario de Yucatán, que rehusó participar en un delito electoral, aun en perjuicio de sus finanzas.
Toranzo será a partir de mañana gobernador de San Luis Potosí. Vive la paradoja de ser impulsado por el gobernador panista de quien fue secretario de Salud, y tener la malquerencia de aspirantes priistas que se creyeron con mejores títulos y más eficaces apoyos para contender con Alejandro Zapata Perogordo, el candidato panista que una vez más, aunque por vía sesgada, fue derrotado por De los Santos, que seis años atrás lo venció en la contienda interna panista y el cinco de julio sacó avante la candidatura de su colaborador. Los dos partidos rivales salieron maltrechos de este trance: el panista Guillermo Govea renunció a su partido y es ahora senador independiente. Veremos mañana si las fracturas en el lado priista cerraron ya o dejarán baldado al partido que por un sexenio dejó de gobernar a San Luis Potosí.
El próximo jueves se consumará la recuperación partidista de otro Gobierno Estatal, aunque en sentido contrario. El nuevo gobernador de Querétaro, hijo de Antonio Calzada Urquiza, que ostentó ese cargo hace 35 años, puso fin con su victoria a doce años de Gobierno panista, ejercido en los primeros seis por Ignacio Loyola y en los siguientes por Francisco Garrido. De los pormenores de este peculiar proceso, a cuyo resultado no fue ajena la personalidad del gobernador saliente nos ocuparemos después.
Fernando Elizondo, que gracias al apoyo de Televisa al PRI perdió la gubernatura de Nuevo León, ha vuelto a su escaño senatorial. En vez de que él tomara el próximo cuatro de octubre la silla de gobernador que ocupó su padre de 1967 a 1971, hasta que fue depuesto por el presidente Luis Echeverría, lo hará Rodrigo Medina, hechura del gobernador saliente Natividad González Parás, cuyas espaldas deberá cuidar. También ha vuelto al Senado Marta Sosa, que no consiguió imponerse desde el PAN a la mala fama del priista Mario Anguiano, que el 1 de noviembre sustituirá a Silverio Cavazos, que lo condujo al triunfo dos veces, frente a su presidenta Beatriz Paredes y ante el PAN.