Daniel Alves (Izq.) entró de cambio y fue el salvador brasileño, al ejecutar un tiro libre perfecto a los 88 minutos que le dio ayer a Brasil la victoria 1-0 sobre Sudáfrica y el boleto a la final ante Estados Unidos. (AP)
Con sufrimiento avanza Brasil a la final.
JOHANNESBURGO, SUDÁFRICA.- La selección brasileña de futbol avanzó con sufrimientos a la final de la Copa Confederaciones 2009 tras vencer con la mínima diferencia, 1-0, a su similar de Sudáfrica en duelo disputado en el estadio Ellis Park.
Gracias al gol de tiro libre del defensa Daniel Alves al minuto 88, el Scratch du Oro sin mucha idea hizo válidos los pronósticos y se clasificó a la final de la octava edición de la Confederaciones, donde enfrentará en el mismo escenario a Estados Unidos el próximo domingo.
Por su parte, Sudáfrica, que vendió cara la derrota y jugó al tú por tú frente al pentacampeón del mundo, jugará, horas antes del partido que definirá al campeón, ante España por el tercer puesto, en lo que será la "final de consolación".
Brasil comenzó tranquilo con buen toque de balón de un lado a otro y hasta el minuto 12 tuvo su primera aproximación de peligro por conducto del volante Ramires, quien sacó su disparo de derecha que fue detenido por el arquero sudafricano Itumeleng Khune.
La respuesta de los anfitriones no tardó demasiado, ya que pusieron en predicamentos a la zaga brasileña y al portero Julio César en dos ocasiones, la primera con buen disparo del zaguero Siboniso Gaxa, que pasó cerca del poste derecho del arquero. La segunda llegó a balón parado por medio del zaguero Aaron Mokoena, quien remató de cabeza solo frente a la meta pero el esférico salió por encima de la portería de César, en lo que fue la más clara para los locales en el primer tiempo.
El Scratch du Oro no quiso caer en excesos de confianza tras esas llegadas de peligro y empezó a generar temor a la puerta visitante a través del constructor Ricardo Kaká, quien intentó abrir el marcador con disparos de pierna izquierda que salieron desviados o fueron contenidos por Khune. Con poco tiempo del esférico en sus pies los Bafana Bafana lograron incomodar a Julio César de nueva cuenta con jugada a balón parado gracias al disparo potente del mediocampista Siphiwe Tshabalala, que fue desviado a tiro de esquina por el arquero.
En el complemento los cariocas salieron más decididos por el marcador pero no tuvieron claridad suficiente para adelantarse e incluso Sudáfrica volvió a poner en duda la capacidad brasileña en la zona de abajo.
Tanto Julio César como Itumeleng Khune tuvieron arduo trabajo ya que sus defensas no hicieron bien su trabajo y en diversos momentos dejaron espacios para que los atacantes rivales sacaran sus disparos.
Brasil no reflejó su calidad de amplio favorito ante un conjunto de Sudáfrica que se plantó bien atrás y demostró determinación en todo momento a la hora de ir a pelear una pelota en cualquier sector del campo, situación que complicó el accionar de la verdeamarela.
Los dirigidos por Dunga siempre mostraron problemas en el último cuarto de cancha, donde jugadores como Robinho y Kaká no pudieron carburar y eran marcados por dos o hasta tres rivales, situación que desesperó al estratega.
Por lo anterior, Brasil decepcionó en su accionar colectivo, pero como toda selección grande cuando esta en problemas encontró una jugada a balón parado y un error defensivo para encontrarse con el gol que le dio el pase a la final.
Una falta inocente del zaguero Gaxa sobre Ramires en los linderos del área permitió que Daniel Alves, quien tenía pocos minutos en la cancha, envió la de gajos al fondo de las redes tras cobrar el tiro libre al poste defendido por el guardameta Khune, quien pudo haber hecho más para evitar el tanto.
El seleccionador de Brasil, Carlos Verri "Dunga", admitió que el equipo de Sudáfrica dificultó el enfrentamiento de semifinales , puesto que "su defensa fue muy buena".
Le dan crédito
"Sabíamos que iba a ser un encuentro complicado y que, además de defender, Sudáfrica iba a contraatacar en cada ocasión que tuviera", afirmó Dunga, que una vez más subrayó que su equipo "ha jugado seis partidos decisivos en diecinueve días", por lo que su escuadra "está muy cansada", concluyó.