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Guadalupe

Diálogo

YAMIL DARWICH

 L A identidad de un pueblo, está dada por: el mensaje genético, la lengua hablada, los usos y costumbres que se viven, condiciones propias del tipo geográfico y la religión profesada. De todo ello, nacen tradiciones y quedan leyendas y mitos, que con el paso de los años se vuelven festividades y memorandas de idiosincrasia, para terminar escriturándose como leyes entre esos seres humanos en particular, para el orden social.

Indudablemente que entre los emblemas de los mexicanos, está la Bandera Nacional, con toda la historia que la antecede en cuanto a diseños, colores y disposición de símbolos de ideario e identidad, caso del águila, que ha sufrido distintos cambios de posición y actitud, hasta terminar en la conocida, posada en el nopal devorando una serpiente y que hace poco fuera mutilada, con lo que el vulgo la llamó "mocha". Igual sucede con sus colores que representan pureza, valor y esperanza.

El otro símbolo, que inclusive envuelve a toda América Latina, hasta las Filipinas, es la imagen de la Virgen Morena de Guadalupe, tan venerada por los mexicanos, que ha llegado a ser blanco de agresiones y diatribas por incrédulos ateos y algunos cristianos ajenos al catolicismo.

Comprenderá que derribar un símbolo patrio, representa intereses de penetración con nuevas ideas.

Su poder de convocatoria, capacidad de petición y acatamiento, son tan grandes que, Don Miguel Hidalgo y Costilla, no dudó en incluirla como su primer lábaro insurgente; la respuesta del gobierno colonial no se hizo esperar y los españoles fieles a la corona, trataron de contrarrestar su fuerza de llamado y contener la Independencia de México, con su versión de la madre de Dios: la Virgen de los Remedios, incluido un niño armado con espada.

En sí, la aceptación de la Virgen María, antecedente de nuestra "Lupita", ha sido causa de diferencias al interior del cristianismo.

El dogma de María, procede del Concilio de Trento, efectuado en el 431 d.C., cuando es proclamada Madre de Dios, llegando a sustituir ídolos femeninos, rescoldos de religiones mediterráneas.

Reconocer que era la Madre de Dios, por sí mismo no significó grave problema; éste se desencadenó cuando intentaron definir su virginidad físicamente y si fue ascendida al cielo en cuerpo y alma.

Las diferencias llegaron a ser tan extremas, que provocaron divisiones entre los religiosos asistentes a aquel concilio, agravándose ante la poca información bíblica que existía sobre la Madre de Jesús, siendo soporte básico los evangelios conocidos como apócrifos, calificados de inexactos por la Iglesia, que nos han dado algunas ideas de su existencia y vida terrenal.

Desde luego, en el trayecto de los últimos dos mil años, han existido detractores encarnizados que han llegado hasta infundir calumnias en relación a la idea de la fecundación física de María.

Es interesante conocer que la primera virgen que llega a América, para ser venerada, fue la De Los Remedios, traída por los conquistadores, vino custodiada por el mercenario Juan Rodríguez de Villafuerte, soldado de Hernán Cortés, acompañándoles, aportándoles con su protección ánimos y confianza en su misión bélica de conquista.

La historia de la Virgen de Guadalupe usted la conoce.

El sacerdote jesuita Francisco de Florencia, fue uno de los primeros promotores de la devoción y en solicitar que el día doce de diciembre se le festejara dentro del año litúrgico. Don Benito Juárez lo ratificó.

Un dato interesante: Teresa Matabuena y Marisela Rodríguez, asientan la existencia, a principios del crecimiento y desarrollo de la Ciudad de México, de cuatro diferentes imágenes, cada una sostenida sobre una torre, ubicadas a cada extremo cardinal: Guadalupe, en el norte; la Piedad, al sur; de la Bala, en el oriente; y los Remedios, al poniente. ¿Aún necesita mayor evidencia de amor que profesan los mexicanos a la Madre de Dios?

Si la Virgen de los Remedios fue "capitana" del ejército español, Guadalupe encabezó al Ejército Insurgente en la lucha de Independencia; aún más: la primera venerada y rogada en casos de sequías y malos tiempos; la Guadalupana, implorada con peticiones dovocionales de los mexicanos, en momentos de mayores necesidades, como inundaciones y epidemias.

De cualquier forma, México reconoce como su patrona a la de Guadalupe, representación morena de María, la madre de Jesús.

Si usted no es creyente y le interesa conocer un poco más de su historia, le recomiendo el texto de Alejandro Reza Heredia; le aseguro que encontrará muchos enigmas motivadores, que ni la propia ciencia ha podido resolver; para los demás, queda la confianza y el alimento espiritual representados por la fe, definida en palabras de Manuel Altamirano: "El día que se deje de venerar a la Virgen del Tepeyac en esta tierra, es seguro que no sólo habrá desaparecido la nacionalidad mexicana, sino hasta los moradores del México actual".

Le dejo con sus propias conclusiones.

Ydarwich@ual.mx

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